(EFE).- El sector cinegético prevé que la abundancia de lluvias que experimenta la comunidad autónoma jueguen un papel muy positivo de cara a la temporada de caza de este año, debido al entorno que propicia para la fauna en periodos fundamentales como el de cría.

El presidente de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza), José María Gallardo, ha explicado a EFE que la abundante lluvia es positiva “por ejemplo para la cría de la perdiz, para las migratorias estivales, para la codorniz o para la tórtola”, pues entre otros son más abundantes las hierbas, las semillas silvestres o los insectos.

Los insectos, por ejemplo, son muy importantes para las primeras etapas de vida de la perdiz, pues es insectívora durante sus primeros días.

Las precipitaciones también son muy positivas para la caza mayor, entre otros por los numerosos puntos de agua para beber, de hierba, forraje o semillas silvestres, recursos que además “se prolongan en el tiempo”.

Lo bueno y lo malo
De la misma forma, en el caso del conejo y la liebre este tipo de escenarios permite que el periodo de cría “se extienda en el tiempo”, lo cual es positivo, a lo que se añade el abundante crecimiento de hierba.

No obstante, la experiencia dicta que “los años con tantas lluvias no son especialmente buenos en general para la cría del conejo», tanto por la incidencia del agua en las gazaperas (aunque “se trata de animales listos y saben adaptarse”) como por el aumento de los mosquitos u otros insectos que pueden transmitir enfermedades.

Pese a todos estos datos “hay que esperar no obstante como transcurre el año” hasta la llegada del otoño para realizar un balance definitivo sobre la temporada en global, ha dicho.

Por ejemplo, ante la posibilidad de un cambio repentino que provocase una subida de las temperaturas, Gallardo ha recordado que el calor “no importa mucho siempre que el escenario de precipitaciones haya sido bueno”, como ha acontecido este ejercicio, pues el sol propicia el desarrollo vegetal.

“A la flora le viene mucho peor el agua con frío, -ha incidido- el problema del calor es cuando viene acompañado de periodos de falta de precipitaciones”.

Gallardo ha querido además ser cauto en relación a si estas lluvias podrían representar una mejora significativa en la situación de determinadas especies hoy con dificultades, pues este escenario acontecería solo “si las precipitaciones se mantuvieran en esta línea durante los próximos años, pues por ejemplo las aves se verían muy beneficiadas”.