La UCE ha señalado que identificar el origen de los alimentos que se compran aún no es obligatorio en la mayoría de los casos y, en demasiadas ocasiones, el nombre comercial, la tipografía o los gráficos que aparecen en el envase inducen a error al consumidor en cuanto a su origen.
La Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) ha exigido a los poderes públicos, tanto españoles como europeos, que sean «más exigentes» en cuanto al etiquetado del origen de los alimentos y ha animado a los consumidores a dar la vuelta a los envases y comprobar de dónde vienen los productos.
En nota de prensa, la UCE ha señalado que identificar el origen de los alimentos que se compran aún no es obligatorio en la mayoría de los casos y, en demasiadas ocasiones, el nombre comercial, la tipografía o los gráficos que aparecen en el envase inducen a error al consumidor en cuanto a su origen.
La ley en España, según la UCE «no es todo lo clara que debiera ser». Así, en principio, debe indicarse el país de origen o el lugar de procedencia de un alimento siempre que la falta de tal indicación pueda inducir a engaño a los consumidores, aunque, en circunstancias normales, no hay necesidad de hacerlo.
Por eso, ha criticado que la mayoría de los alimentos no muestra el origen. En esos casos, recuerda, solo es obligatorio para algunos en concreto, en los que debe mostrarse siempre, como la miel, las frutas y vegetales frescos, el pescado, la carne, el aceite de oliva, los huevos o la leche y productos lácteos.
Por ello, ha considerado que esta norma parte de una posición «absolutamente desfavorable» para el consumidor, porque la indicación del origen es una «ventaja indiscutible para elegir con criterio». De este modo, la asociación de consumidores se ha cuestionado los motivos por los que aún no es obligatoria esta mención en todos los alimentos.
Por otra parte, la UCE ha incidido en que se pueden encontrar productos que proceden de un lugar pero «parecen venir de otro». Por ejemplo, unas galletas que muestran en su envase una bandera de España junto con imágenes de monumentos típicos de este país, pero que en realidad han sido elaboradas en Italia.
En otras ocasiones se pueden encontrar productos que hacen referencia a lugares geográficos de distintos modos. Esto podría llevar a pensar que deben mostrar obligatoriamente la información sobre el país de origen o el lugar de procedencia, pero si esas referencias no están destinadas a proporcionar información al consumidor sobre el origen, no es obligatorio hacerlo.
«Evidentemente, el control del mercado es responsabilidad de nuestros gobernantes, igual que legislar para que el consumidor esté protegido y bien informado. Pero nosotros, como consumidores, podemos contribuir a que esa información que recibimos sea lo más clara posible. Por ejemplo, leyendo las etiquetas de los alimentos», ha planteado.
Por eso, la UCE ha invitado a los consumidores a asumir un «papel protagonista» y darle «más valor» a lo producido en España, ya que una de las razones por las que se importan alimentos desde el extranjero es el precio.