La Diputación de Cáceres y los municipios de la provincia han querido conmemorar así el 25N, y reafirmar su compromiso en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, que se ha cobrado ya 1.236 víctimas desde el año 2003.
“Hace más de cien años Rosa Luxemburgo fue asesinada en Berlín. De camino a su muerte, hacia las frías aguas de un canal donde fue ahogada, perdió un zapato. No es la única mujer que pierde un zapato antes de perder la vida…”
Las palabras de la diputada delegada de Igualdad de la Diputación de Cáceres, Antonia Molina, han resonado este viernes en la Plaza de Santa María de Cáceres, en medio de un mar de zapatos rojos con los que la institución provincial ha querido conmemorar el 25N y recordar a todas aquellas mujeres que no podrán ya calzarlos por haber sido asesinadas en manos de su pareja o su ex pareja.
Numerosas personas se han acercado a este acto, inspirado en la artista mexicana Eline Chauvet quien, como ha recordado Antonia Molina, “recogió todos los zapatos perdidos, los tiñó de rojo y mostró al mundo los caminos cruzados de todas las mujeres que se quedaron sin su andar. De todas esas mujeres, no sabemos quien fue la primera, de tantas”.
Una exposición, “Zapatos Rojos”, en la que han participado también los municipios de la provincia que, a lo largo de las últimas semanas han desarrollado talleres en los que, además de teñir los zapatos, han abierto debate y análisis sobre la violencia contra las mujeres, poniendo sobre la mesa el escalofriante dato de 1.236 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas desde 2003.
Entre largos silencios, emoción y lágrimas, numerosas personas han participado en este acto y han podido escuchar la voz de distintas mujeres, entre ellas la de Irene: «… hoy quisiera que todos vosotros pudierais entender mejor por lo que pasamos las mujeres, para mí la vida es igual que una historia… Vengo con los sentimientos a flor de piel y dispuesta a hablar con el corazón… Mi historia comienza cuando tenía 13 años y conocí a un chico… pensaba que era el amor de mi vida y con el tiempo entendí que no era nada… acabé vacía, llena de culpa… Sé lo que se siente cuando tienes miedo a una persona que quieres… Estuve tres años esperando un cambio que nunca hubo. Me quedé sin vida social, vivía por y para ese amor, no hacía nada sola, me sentía una marioneta controlada como si todo fuera normal… hasta que no pude más y decidí pararlo. Sin pensar en todo lo que vendría después, denuncié a mi pareja y en ese momento me dijeron que era víctima de violencia de género… Con todo esto quiero deciros que no permitáis que nadie os corte las alas, todas sois dueñas de vuestra vida, que busquéis vuestra libertad porque os la merecéis. Aunque sintáis que no podáis más, levantaros en cada bache, luchad por vosotras y no olvidéis lo más importante, vuestra esencia y vuestra vida»
También han intervenido alumnas del Ciclo Superior de Promoción de la Igualdad del IES Al-Qáceres, que han leído un fragmento de la novela “Cauterio”, de Lucía Lijtmaer, y otras mujeres, coincidiendo todas en la necesidad de educación desde edades muy tempranas y el temor al aumento de violencia entre los más jóvenes. “Desde la Diputación de Cáceres -ha incidido Molina- sentimos que no es suficiente contar las víctimas y lamentar los asesinatos, creemos firmemente en que la violencia machista se puede prevenir con políticas de igualdad valientes y transformadoras. La educación es esencial en este esfuerzo para transformar pensamientos, una educación que prevenga que las nuevas generaciones de adolescentes y jóvenes dejen de considerar que la violencia de género no existe».
En este sentido, los últimos datos del Barómetro Juventud y Género 2023, elaborado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, apuntan a que el 23,1% de chicos entre 15 y 29 años está de acuerdo con que “la violencia de género no existe, es un invento ideológico”, cuando en 2019 esta afirmación era secundada por un 12% de los chicos. En el caso de las chicas, lo afirma en la actualidad un 13,2% de ellas, mientras que en el 2019 eran el 5,7%.
La música de la asociación ViolinEx y la performance “Nudos”, de Aisha Cruz han reflejado también el proceso que pueden sufrir las víctimas y el duro viaje que tienen que realizar para salir adelante. Un grito de reclamo y de esperanza, porque “siempre hay esperanza para desatar los nudos de la violencia de género”, ha concluido la diputada.