Además, la ONG señala que este año la situación se agrava para todas las especies por la sequía, y recuerda que como considera la legislación de caza, se deben considerar como “días de fortuna”, es decir, como aquellas circunstancias por las que debe prohibirse la actividad cinegética por verse los animales privados de sus facultades normales de defensa u obligados a concentrarse en determinados lugares. 

  • Durante la media veda se autoriza la caza de especies de aves como la codorniz común, que presenta un alarmante declive de más del 50% y que ha sido incluida en el Libro Rojo de las Aves de España como especie “En Peligro”. En el caso de la tórtola europea, la otra gran damnificada de la caza en media veda, el plan de acción europeo en vigor recomienda una “moratoria temporal”, que en 2021 se acordó para todo el territorio nacional.

 

  • SEO/BirdLife solicita a las comunidades autónomas, competentes en este ámbito, a que no autorice la caza para especies de aves en declive durante la media veda, que comenzará a mediados de agosto y se prolongará hasta finales de septiembre, debido a la actual situación de sus poblaciones. Es el caso de la codorniz común, especie declarada Ave del Año 2020 precisamente por su alarmante declive y de la que se están llegando a cazar alrededor de 1.150.000 individuos (según las estadísticas anuales de caza publicadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).Además, España registra en estos momentos una importante sequía que reduce el acceso al agua para la fauna, tiene consecuencias en su aporte de alimentación o genera un aumento de sus desplazamientos para buscar esos aportes.

    Debido a esta situación de desventaja, la legislación que regula la caza, considera que son ”días de fortuna”, es decir, circunstancias por las que debe prohibirse la actividad cinegética por verse los animales privados de sus facultades normales de defensa u obligados a concentrarse en determinados lugares.

     

    Por ello, SEO/BirdLife considera que debería de aplicarse dicha prohibición de la actividad cinegética durante la media veda para poder favorecer la conservación de las especies objeto de caza y no generar un mayor impacto en sus poblaciones al que están sufriendo debido a la sequía.

    Durante la época estival se sigue desarrollando la media veda, una práctica cinegética donde se cazan miles de aves, muchas de ellas migratorias.

    Dependiendo de la climatología y de las zonas donde se hayan reproducido, algunas de estas aves todavía no habrían finalizado su periodo de cría o estarían a punto de hacerlo, cuando son abatidas antes de terminar su reproducción o de poder emprender el viaje de regreso a sus lugares de invernada.

A estas aves reproductoras se unen las que no se han reproducido, los ejemplares jóvenes que nacieron en la península ibérica y las aves que llegan de otras latitudes para posteriormente proseguir su viaje migratorio, por lo que las decisiones que se tomen aquí pueden tener efecto sobre las poblaciones reproductoras de otros países.

Entre las especies más cazadas en esta época están la codorniz común, la tórtola europea y varias especies de palomas.

Declive de las poblaciones y aumento de las capturas

De acuerdo con los datos estadísticos sobre el número de capturas ofrecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, la tendencia general es de un aumento anual de las capturas de codorniz común desde 2005 a 2019. No obstante, se siguen cazando una media de más de 1.150.000 codornices al año, lo que resultan cifras del todo insostenibles.

Según los datos sobre las tendencias obtenidos del programa SACRE 2021, durante el periodo de 1998-2021, las poblaciones de codorniz común, Ave del Año 2020, sufrieron sufrido un declive de más del 50% a nivel estatal (Grafica 1).

  • Con respecto a la codorniz común, declarada en 2020 como Ave del Año, la situación es grave, porque los altos niveles de explotación cinegética y la hibridación con ejemplares procedentes de granjas suponen una presión adicional a unas poblaciones que sufren ya un declive muy acusado.

Debido a este alarmante declive y al descenso acusado de sus poblaciones fue incluida en el Libro Rojo de las Aves de España con la categoría de “En Peligro”, solicitando a su vez al MITECO la protección de la especie a nivel estatal mediante la inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

El caso de la tórtola europea, especie tradicionalmente objeto de caza durante la media veda, también es especialmente preocupante. SEO/BirdLife solicitó en mayo del año 2015 al ministerio competente en materia de medio ambiente, la catalogación de la tórtola como especie Vulnerable a nivel nacional. Su situación de declive llevó a la Comisión Europea a abrir en 2019 a España un proceso de infracción por seguir permitiendo la caza de esta especie y por no proteger adecuadamente su hábitat. 


A raíz de este proceso se acordó una moratoria de su caza, que se ha atendido de forma irregular por las Comunidades Autónomas y que debería de aplicarse en todo el territorio.

Además, en cumplimiento de la Directiva de Aves y de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, recordamos que no se debería autorizar el aprovechamiento cinegético de estas especies por presentar un estado de conservación desfavorable, e insiste en que ya en el año 2011, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha dictó una Sentencia prohibiendo media veda en la región, debido precisamente a que se autorizó la caza de especies cuyas poblaciones presentaban un deficiente estado de conservación.

A esta sentencia siguieron otras en la misma línea en Castilla y León y en la Comunidad de Madrid, ratificando estos argumentos.

Mejorar las poblaciones de estas especies

Con el objetivo de recuperar sus poblaciones, las administraciones autonómicas y central deberían tener en cuenta los datos científicos y reducir la presión cinegética sobre las especies de aves objeto de caza. Además, proponemos: 

Mejorar la gestión de los ecosistemas agrarios: respetar linderos, setos y mosaicos, limitar el uso de herbicidas e insecticidas, crear bandas perimetrales sin tratamiento y, tener en cuenta en la reforma de la PAC, que las actividades humanas deben compatibilizarse con la conservación del patrimonio biológico

Mejorar la gestión de las masas arbóreas y del arbolado disperso de las zonas cercanas a entornos agrícolas: por ser estas zonas fundamentales para la nidificación de la tórtola europea. Además, realizar estudios sobre el ciclo reproductor de la especie para detectar posibles alteraciones en alguna de sus fases.

Establecer una moratoria temporal o prohibiciones especiales por razones de orden biológico, para la caza de estas especies, al mismo tiempo que se aplican medidas de gestión y mejora del hábitat en las zonas incendiadas. En este sentido sería necesario la prohibición de la caza, no solo durante la media veda, sino también durante varios años en estas zonas afectadas, hasta que se recuperara mínimamente la cobertura vegetal.

 

Seguimiento de las poblaciones, tanto a nivel nacional y autonómico, como en coordinación con otros países, mediante censos y estudios de productividad y éxito reproductor.

Seguimiento del volumen anual de capturas y estudio de la incidencia de la caza (fechas, cupos, etc.) en estas especies.