Dicen que Dios aprieta, pero no ahoga. Las últimas lluvias están consiguiendo recuperar lentamente los niveles de embalse en la cuenca del Guadiana en Extremadura. Es una buena noticia que hay que celebrar, pero sin perder de vista que hemos de continuar llevando a cabo una utilización eficiente del agua en los distintos usos socioeconómicos.
El parte de embalses facilitado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana con fecha 11 de marzo, nos permite constatar que ya hay agua suficiente para poder atender a todos los usos de la cuenca en la campaña 2024.
Como hemos comentado en otras ocasiones, con grandes números en la cuenca extremeña del Guadiana, se necesita disponer de 2.330 Hm3 de agua para atender los diferentes usos socioeconómicos y ambientales durante la campaña 2024. 120 Hm3 son precisos para asegurar el abastecimiento urbano durante dos campañas; 1.150 Hm3 necesitan los regadíos para cultivos no permanentes y 80 hm3 para cultivos permanentes, lo que da un total para riegos de 1.230 Hm3; 800 Hm3 van destinados a mantener los caudales ecológicos y 180 Hm3 es la evaporación que se produce en nuestros embalses. Estas son las cuentas.
Si no se tienen estos 2.330 hm3 de agua disponibles, y digo disponibles que no es lo mismo que embalsados, ya que aproximadamente un 10 % de lo embalsado, se considera no utilizable, no se podrá regar la totalidad de las tierras en la próxima campaña. Para hacer las cuentas finales supondrá que este 10 % es agua no disponible y no podremos contar con ella.
Exceptuando el embalse de la Colada, que no afecta a Extremadura, en la parte occidental de la cuenca del Guadiana extremeño con una capacidad total de embalse de 8.064, 91 Hm3 a fecha 11 de marzo de este año había almacenados 3.145,8 Hm3, es decir, el 39 % de la capacidad total. El año anterior había almacenados 2.675,9 Hm3.
Suponiendo no utilizable el 10 % de lo almacenado, nos quedarían disponibles 2.831,2 Hm3. Esta cifra supera los 2.330 Hm3 necesarios para atender todos los usos socioeconómicos y ambientales de la cuenca del Guadiana extremeño en 2024.
Esta es una gran noticia, especialmente para el sector del regadío, que llevaba dos campañas con reducción de sus dotaciones de riego y, por tanto, con sensibles perjuicios económicos especialmente en la campaña de riegos de 2022. Tres años seguidos hubiera sido demasiado. La próxima campaña de riegos está asegurada y eso llevará tranquilidad al sector.
Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo porque la situación sigue siendo de baja capacidad de almacenamiento de los embalses en el Guadiana extremeño, aunque cubramos los mínimos de la campaña.
Y por eso hay que exigir a los usuarios para que hagan un uso eficiente y prudente del agua, pues hemos de mirar a la campaña 2025 y siguientes.
En particular y dentro de las oscilaciones de precios del mercado sería interesante optar por aquellos cultivos de menores necesidades de agua. En cultivos como el arroz cuando se riega por inundación, que es el método tradicional, hay que relegarlo a los suelos más impermeables, ya que el consumo de agua será sensiblemente menor.
Nos movemos todavía en un ciclo seco, aunque hayamos salvado los muebles para la próxima campaña con las precipitaciones de este año y por eso hemos de tomar medidas para hacer un uso eficiente del agua en todas las modalidades, tanto en consumo humano como en regadíos, como en usos industriales.
Es necesario tal y como se está haciendo, continuar con los procesos de modernización y digitalización de las tierras que todavía se riegan por métodos como el de gravedad, de alto consumo de agua. E introducir riegos de alta eficiencia como el goteo o al menos la aspersión.
Y en esta línea es preciso que los regantes utilicen las herramientas disponibles para calcular las dosis de riego con la mayor precisión posible, mediante el uso de datos de las estaciones agroclimáticas de la REDAREX (Red de Asesoramiento al Regante de Extremadura) y de los datos satelitales que se facilitan para regar en las mejores condiciones posibles de eficiencia en la utilización del agua.
Todos hemos de usar el agua con la máxima eficiencia, pues la tendencia es que habrá períodos de sequía más frecuentes, aunque también los expertos predicen un aumento de los períodos de lluvias torrenciales.
Y con esta premisa las administraciones deberían tratar de aumentar la capacidad de regulación, hay embalses pendientes de construir, para acumular agua en los períodos lluviosos y utilizarla en los períodos secos.
Porque en climas mediterráneos los embalses son imprescindible, como se demuestra a lo largo de la historia. Si queremos mantener la garantía de los usos, hay que regular agua y no destruir embalses.
José Ignacio Sánchez
DEx