Vareniclina es el genérico de ‘Champix’, que Sanidad financiará a partir de junio como tratamiento para dejar el tabaco.

A partir de junio, las farmacias dispondrán de un nuevo fármaco financiado por el Estado para dejar de fumar. Se trata de la versión genérica del Champix, un medicamento que fue retirado del mercado en 2021 por contener sustancias dañinas, y ahora la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha dado luz verde a la comercialización del genérico.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha informado este miércoles en la jornada de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que «se han iniciado las negociaciones desde el Ministerio de Sanidad, ya que es fundamental conseguir que el tratamiento sea más accesible para los ciudadanos que quieran dejar de fumar». De esta forma, se convierte en el tercer fármaco para dejar de fumar financiado por el Estado, junto al Todacitán y el Recigarum, basados los dos en el principio activo de la cistina.

Un medicamento muy eficaz
La nueva alternativa farmacológica estará disponible en el Sistema Nacional de Salud (SNS), según ha anunciado este miércoles la jefa de la Unidad de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Sanidad, Susana Verdejo, después de que este mayo se haya incluido la formulación genérica de la vareniclina en el noménclator de prestaciones de la cartera sanitaria.

Después de más de dos años de escasez de este medicamento, su vuelta al mercado cobra relevancia porque es, por ahora, de los fármacos subvencionados más eficaces para dejar de fumar. En 2021, se retiró del mercado el fármaco Champix, de la farmacéutica Pfizer, después de que la Aemps detectase la presencia de una nitrosamina, una sustancia potencialmente cancerígena, en el fármaco.

Según ha contado Verdejo, ya se «ha solventado el problema» y el Gobierno espera que esté disponible en las farmacias a partir del mes de junio. Sin embargo, el Estado no financiará el fármaco de Pfizer, sino el genérico de este medicamento fabricado por Normon.

12 semanas de tratamiento
Con este apoyo farmacológico, el sistema sufragará a cada paciente un intento anual para que deje de fumar. Para ello, deberá cumplir una serie de condiciones: estar incluido en un programa de apoyo de deshabituación tabáquica; constatar que lo ha intentado dejar una vez en el último año; fumar al menos diez cigarrillos al día; y demostrar su alta dependencia mediante un test.

El envase del fármaco equivale a un mes de tratamiento, que será como máximo de 12 semanas, según se describe en su ficha técnica. Además, se deberá valorar la evolución de la efectividad del tratamiento entre receta y receta.

«Facilitar las salidas»
En el acto de este miércoles, Padilla ha defendido, además, la necesidad de actuar «de manera estricta ambiciosa y valiente en términos regulatorios con las nuevas formas de tabaco». «Necesitamos facilitar las salidas de aquellas personas que ya fuman y necesitamos liberar espacios libres de humo. También tenemos que equiparar la regulación de las nuevas formas del tabaco, de los nuevos productos a la regulación de los ya existentes» y ha cargado contra el «entorno económico e industrial» del negocio del tabaco que, según ha asegurado, se «reconfigura» para poder «seguir ampliando sus beneficios».

«La misma industria que ha generado un problema, no va a ser la que va a ayudar a resolverlo, especialmente en un ámbito en el cual se trata de una industria que no aporta absolutamente nada positivo para la salud de la población». Así, para el ‘número dos’ de Mónica García, no hay que recurrir a la industria del tabaco para regular el tabaquismo. «Esa es una cosa de la que tenemos que partir de la misma forma que no confiaríamos en la camorra para resolver el problema de la mafia», ha señalado.