El presidente de la RFEF ha decidido dejar su cargo tras lo acontecido con Jenni Hermoso y en la celebración del Mundial Femenino y la pérdida de apoyos en las últimas horas

 

La presión sobre Luis Rubiales ha desbordado y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol desde 2018 ha tomado la decisión de renunciar a su cargo.

Luis Rubiales ha comunicado esta tarde a su equipo más próximo que va a presentar su dimisión como presidente de la RFEF. A pesar de que en las últimas horas había intentado buscar fórmulas para continuar, la apertura del expediente por parte de la FIFA y la pérdida de apoyos que se iban sucediendo en algunas territoriales le han empujado a tomar esta decisión.

 

La RFEF mantiene la Asamblea General prevista para el viernes por la mañana. Antes se reunirá con los presidentes y les comunicará los motivos de su dimisión. Fuentes federativas apuntan al presidente de la Federación Andaluza, Pablo Lozano, como el principal candidato a presidir la gestora y por tanto, suplir a Rubiales a corto plazo.

La cronología de la salida

La salida de Luis Rubiales comenzó a gestarse con su beso a Jenni Hermoso en la celebración del Mundial. A ello se unió el obsceno gesto que realizó en el palco y otros comportamientos con las internacionales. Sin ser consciente de la gravedad de los hechos, le quitó peso e insultó a aquellos que veían en ese beso algo ofensivo, machista y abuso de poder.

 

Sin embargo, la polémica iba creciendo a medida que pasaban las horas y sus tibias disculpas no ayudaron a frenar la bola de nieve. El punto clave llegó con la comparecencia de Pedro Sánchez en la que aseguró que su perdón era insuficiente e inadecuado y debía dar más pasos. A partir de ahí, una cascada de reacciones pidiendo su dimisión. Políticos, Sumar, AFE, La Liga F, presidentes de clubes, prensa internacional, Jenni Hermoso en un comunicado a través del sindicato y su agencia, y finalmente un comunicado de la FIFA en el que se le abría expediente.

El polémico videodisculpa con el que intentó salvar su cabeza el lunes fue insuficiente y han sido muchas las voces autorizadas de dentro y fuera del mundo del fútbol que se han pronunciado sobre estos hechos que han terminado desencadenando en su dimisión.

 

El ministro en funciones de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, no tardó en enjuiciar este comportamiento como «inaceptable», al igual que las también titulares en funciones de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero e Ione Belarra, lo calificaron como violencia sexual. También el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, calificó las disculpas como insufientes y pidió que siguiera «dando pasos para aclarar lo que vimos».

El miércoles se pronunció Jenni Hermoso a través del sindicato FUTPRO que en un comunicado pedía a la RFEF «que implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplares» y hacía un llamamiento al CSD «para que, dentro de sus competencias, apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante el acoso o abuso sexual, el machismo y el sexismo».

Ese movimiento tampoco lo esperaba Rubiales. Ante la falta de apoyo de las territoriales, la negativa de los clubes a asistir a la Asamblea, el expediente de FIFA y las presiones políticas, el entorno de confianza de Rubiales le ha empezado a aconsejar que presentar la dimisión era la decisión más inteligente, algo que finalmente ocurrirá este viernes.

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