Por primera vez, se ha incluido este parásito en las especies a vigilar debido a su prevalencia en territorio español.

Con la llegada del verano, se incrementa la actividad de las garrapatas, debido a las condiciones climáticas que favorecen su proliferación. Este año, el Ministerio de Sanidad ha emitido una alerta sobre la situación especialmente preocupante por el aumento de casos de enfermedades transmitidas por estos parásitos, como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y la enfermedad de Lyme.

¿Por qué se ha hecho esta alerta en verano?
Las temperaturas cálidas del verano y la mayor interacción entre humanos y naturaleza crean un ambiente propicio para la actividad de las garrapatas, sobre todo las del género Hyalomma, que se encuentran en mayor número en áreas rurales y boscosas, por lo que aumenta el riesgo de contacto con humanos y animales domésticos. El cambio climático es clave, ya que extiende la temporada de actividad de estos parásitos y amplia su área de distribución.

Por esta razón, el Ministerio de Sanidad ha incluido, por primera vez, la vigilancia y el control de las garrapatas dentro del Plan nacional para enfermedades transmitidas por vectores. Este plan aborda las enfermedades emergentes y endémicas, prestando especial atención a la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que ha mostrado un aumento preocupante en casos desde 2016, con una tasa de mortalidad significativa.

Los riesgos de la picadura de garrapata
Las picaduras de garrapata pueden causar numerosas enfermedades con consecuencias graves para la salud. Entre las más preocupantes se encuentra la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad en auge en España con casos documentados desde 2010. La transmisión ocurre principalmente a través de la picadura de la garrapata infectada, pero también puede propagarse de persona a persona. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores musculares, y en casos graves, hemorragias.

Otra afección relevante es la enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi y transmitida por garrapatas de la familia Ixodidae. Los síntomas iniciales suelen incluir una erupción en forma de ojo de buey, fiebre, y fatiga. Si no se trata, puede evolucionar hacia problemas neurológicos y articulares severos. En España, se diagnostican aproximadamente 2,000 casos anuales, aunque se sospecha que la cifra real es mayor debido a diagnósticos indirectos.

Para prevenir estas enfermedades, Sanidad recomienda medidas como utilizar ropa que cubra la piel, aplicar repelentes adecuados, y revisar el cuerpo y la ropa tras actividades al aire libre. En caso de picadura, se debe retirar la garrapata con pinzas de borde romo, tirando de ella perpendicularmente hacia arriba, y buscar atención médica si se presentan síntomas inusuales.

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