Un 55,6% de los jóvenes con carencias materiales severas tiene problemas de salud mental frente al 37,7% de quienes no tienen estos problemas económicos, según se desprende de un estudio elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) y Oxfam Intermón para profundizar en el impacto que tienen las desigualdades en esta generación.
El informe, que lleva por título ‘Equilibristas: las acrobacias de la juventud para sostener su salud mental en una sociedad desigual’ aborda el acceso a las terapias y revela que «solo el 17% de las personas jóvenes», entre 15 y 29 años, han tenido acceso a las mismas en el último mes y casi el 38% afirma que no busca ayuda profesional debido al coste.
En declaraciones a los medios, el responsable de Políticas de Protección Social y Empleo en Oxfam, Alejandro García-Gil, ha lamentado que el porcentaje de jóvenes que no se pueden permitir el acceso a terapia es «mucho mayor en los colectivos con menos recursos» ya que acudir a terapia privada dos veces al mes supone destinar el 15% del salario mediano de una persona joven.
«Si el precio medio de una consulta es de 75 euros y pagar el alquiler equivale al 50% del salario, apenas queda margen para pagar un psicólogo privado», ha apostillado.
Se han analizado las experiencias de los jóvenes a través de dos encuestas
A la hora de llevar a cabo este estudio se han analizado las experiencias de los jóvenes a través de dos encuestas: el ‘Barómetro de Juventud, Salud y Bienestar’ y el ‘Barómetro General Juvenil’. Estos informes, elaborados por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, se realizan cada dos años y entrevistan a alrededor de 1.200 jóvenes de entre 15 y 29 años en España.
Para profundizar en el estudio, el Consejo de la Juventud de España y Oxfam, junto al Centro Reina Sofía de Fad Juventud, también han realizado entrevistas a personas expertas, grupos focales y grupos triangulares, y han analizado datos oficiales de registros públicos de sanidad.
Según la Organización Mundial de la Salud, más del 25% de la población mundial reporta sentimientos de aislamiento social y soledad, y más de 150.000 personas entre 15 y 29 años mueren por suicidio cada año. A nivel europeo, la incidencia de problemas de salud mental se ha duplicado entre la juventud desde 2019 y afectando a 14 millones de personas.
En España, la incidencia de problemas de salud mental diagnosticados por el Ministerio es «particularmente grave» para las personas más jóvenes, según ha destacado García-Gil. «El incremento se da en toda la población, pero es especialmente intenso entre las personas jóvenes, ya que se ha multiplicado por seis desde 2011 hasta ahora, mientras que en otros colectivos ha sido por cuatro», ha apostillado.
Estudio y trabajo: Más problemas de salud mental
El documento también subraya que los jóvenes que estudian y trabajan a la vez (‘Sisis’) tienen un 59% de probabilidades de sufrir problemas de salud mental, frente al 35% de los que solo estudian. «La combinación de trabajo y estudios aumenta el estrés y los problemas de salud mental, y esto se agrava en quienes tienen peores condiciones de vida», detalla el responsable de Políticas de Protección Social y Empleo en Oxfam.
El estudio revela, a su vez, una «preocupante» brecha de género en salud mental: el 50% de las mujeres jóvenes ha sido diagnosticada, frente al 41% de los hombres. Según García-Gil, esto se debe a que «las mujeres sufren más precariedad laboral y peores condiciones de trabajo, más tasas de temporalidad y parcialidad no deseada, lo que aumenta su pesimismo».
En esa línea, la presidenta del Consejo de Juventud de España, Andrea Henry, ha denunciado que los jóvenes viven «día a día la precariedad más injusta» por lo que esta situación, unida a la dificultad para emanciparse y la alta temporalidad laboral, genera «desafección en el presente» e «incertidumbre sobre el futuro», lo que impacta «especialmente» en la salud mental.
Mayor ideación suicida en jóvenes con carencias materiales severas
Según la OMS, la exposición a circunstancias sociales o económicas desequilibradas, como la desigualdad y la pobreza, es uno de los factores que pueden socavar la salud mental. Así se señala en el estudio, que recoge que la ideación suicida es también mayor entre las personas jóvenes, nuevamente, con carencias materiales severas (60%), comparado con aquellas sin carencias (37%).
El informe también señala que la identidad y orientación sexual, la raza y la diversidad funcional impactan negativamente en la salud mental de los jóvenes, debido a la discriminación y la desigualdad. En ese contexto, el Consejo de la Juventud de España y Oxfam Intermón critican la falta de recursos en el sistema público de salud, «con largas listas de espera y pocas citas, lo que impide que muchos jóvenes reciban la terapia adecuada».
Para hacer frente a esta lacra, ambas entidades proponen en el estudio «políticas centradas en abordar las desigualdades estructurales» que impactan en la salud mental de las personas jóvenes. Estas propuestas incluyen mejorar la calidad del empleo, facilitar el acceso a la vivienda, desarrollar el sistema de protección social, así como garantizar la igualdad de derechos de la juventud migrante.
En cuanto a la salud mental, el informe va «más allá de un enfoque clínico». Si bien se reconoce la importancia de tratar las enfermedades mentales y la necesidad de psicólogos, la presidenta del Consejo de Juventud de España subraya que «poner un psicólogo en cada esquina o colegio no soluciona el problema». La raíz, según Henry, está en la «precariedad y la desigualdad».
«La generación actual tiene la sensación de que el futuro está acabado, que no vamos a conseguir lo que queremos. Esa diferencia con las generaciones anteriores, desmotivación e incertidumbre constante también genera problemas de salud mental, de ansiedad y de no tener certeza de cuál va a ser el futuro», ha explicado.
Han reclamado una mejora del sistema público
Por todo ello, el Consejo de la Juventud de España y Oxfam Intermón han reclamado una mejora del sistema público, con un aumento del número de profesionales especializados en psicología clínica infanto-juvenil, psiquiatría, trabajo social y psicopedagogía, para reducir los tiempos de espera, mejorar la coordinación entre servicios y territorios e incrementar el conocimiento de los recursos disponibles entre la población joven.
A su juicio, para fomentar la educación «es necesario formación y prevención en salud mental, así como proporcionar formación adicional a entornos cercanos a jóvenes con problemas de salud mental, ofrecer formación a profesionales de la educación, familias y otros agentes de contacto con jóvenes».
Por este motivo, proponen aprobar un Pacto de Estado por la Salud Mental que recoja todas las medidas propuestas y asegure la inversión de los recursos necesarios para garantizar el derecho a la salud mental de las personas jóvenes.
ondacero.es