(EFE).- La época de peligro alto de incendios en Extremadura ha concluido con un total de 50.089 hectáreas quemadas, la mayoría de pasto y matorral (79,6 %), por tanto de rápida regeneración, y más de 23.000 de ellas afectadas en incendios originados por rayos.

Sólo la tarde del 12 de agosto, inicio del incendio forestal en Jarilla (Cáceres) y día con el pico más alto de episodios en Extremadura -con 18 fuegos-, cayeron 700 rayos en la región, ha apuntado este viernes el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Francisco Ramírez.

El consejero ha ofrecido estas cifras tras la celebración del comité de dirección del Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura (Infoex), que este viernes ha hecho balance en Mérida de la época de riesgo alto.

Un balance en el que ha subrayado dos hechos positivos, el primero que no se hayan producido daños personales, y el segundo que solo el 20,4 por ciento de la superficie arrasada (10.220 hectáreas) haya sido masa forestal, una cifra similar a la de 2023, cuando se quemaron 9.965 hectáreas de esta naturaleza.

El resto de la superficie quemada este año, 39.869 hectáreas, «se va regenerar rápidamente porque son matorral y pasto», ha manifestado Ramírez.

Diecisiete grandes incendios forestales
En total, los servicios de extinción han abordado 1.465 incidencias en la época de peligro alto, que ha tenido lugar del 1 de junio al 26 de octubre, de las cuales más de la mitad (766) fueron incendios forestales, 391 en Cáceres y 375 en Badajoz.

Entre ellos destacaron 17 grandes incendios forestales (GIF) -aquellos con una superficie quemada igual o superior a las 500 hectáreas-, cuando la media son tres por campaña.

No obstante, el consejero ha precisado que esta situación se ha repetido también en España, con 62 GIF frente a los 21 de media, en un periodo muy marcado por la meteorología, con una primavera con récord de precipitaciones, un verano con temperaturas anormalmente altas y olas de calor más prolongadas.

Todo ello hace «que el monte se convierta en una cerilla», ha manifestado Ramírez.

El «desafío» de Jarilla
Los mayores incendios fueron el de Jarilla con 16.536 hectáreas arrasadas, Llerena (5.849), Cáceres (3.703) y Caminomorisco (2.682) y, por provincias, el 67,6 % de las hectáreas quemadas se localizaban en la de Cáceres y el 32,4 % en la de Badajoz.

Respecto al primero de ellos, el consejero ha señalado que supuso «un desafío logístico y de seguridad para Extremadura que se ha solventado con brillantez», en un incendio en el que llegaron a trabajar 700 efectivos y 34 medios aéreos a la vez.

Ramírez ha lamentado además que «el 90 % de los incendios ha sido generado, voluntaria o involuntariamente, por la mano del hombre» dado que un 50 % de ellos fueron intencionados y casi un 40 % comenzaron por negligencias.

Un 5 % se debieron a causas naturales y el resto a otras desconocidas.

Mayor superficie arrasada en una década
Teniendo en cuenta el decenio 2016-2025, ha apuntado, este año ha sido el que ha registrado más incendios forestales, con 776 frente a 659 de media; más superficie forestal afectada, con 50.089 hectáreas quemadas frente a 11.836 de media; y un mayor número de grandes incendios forestales.

Respecto a la respuesta ofrecida, el titular de Gestión Forestal ha considerado que los dispositivos contra incendios no se pueden dimensionar «en exceso» frente a años «fuera de lo normal», aunque sí ha apuntado que está previsto un refuerzo técnico y humano en el plan de ordenación de recursos humanos del Infoex.

Ha defendido también las labores de prevención desarrolladas por la Junta, para aclarar que el 90 por ciento de la superficie forestal en Extremadura está en manos privadas, por los que son a ellas a las que compete esta responsabilidad.

Y ha valorado la «prudencia» con la que actúa la Administración regional en las tareas de restauración del monte «para evitar un efecto llamada y oportunidades de negocio» al hilo de los incendios.