Los semáforos se han convertido en elementos esenciales de nuestra vida diaria, pero existe la posibilidad de que incorporen un cuarto color. Pero, ¿A qué se debe este cambio?

El semáforo eléctrico, tal como lo conocemos hoy, fue creado e instalado en Cleveland, Ohio, en 1914. Desde entonces, se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la seguridad vial. Durante nuestra infancia, aprendemos a identificar y entender el significado de los diferentes colores de los semáforos, siendo una de las primeras lecciones sobre normas de tránsito que recibimos.

Los semáforos son dispositivos esenciales para la regulación del tráfico en las ciudades. Su función principal es garantizar la seguridad de conductores y peatones al dirigir el flujo de vehículos y personas en las intersecciones. Los semáforos regulan el tráfico aplicando un sistema de colores, en los que hay tres, que son:

  • Rojo: Detenerse. Indica que los vehículos deben detenerse por completo para permitir el paso seguro de otros conductores o peatones.
  • Amarillo: Precaución. Advierte a los conductores que el semáforo pronto cambiará a rojo, lo que significa que deben prepararse para detenerse.
  • Verde: Avanzar. Permite a los vehículos continuar su marcha de manera segura.

Un cuarto color

Un grupo de ingenieros de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) ha realizado un estudio en el que han terminado proponiendo la adición de un cuarto color a los semáforos: el color blanco. Esta medida estaría orientada a facilitar la integración de los automóviles del futuro, a las carreteras.

Estos vehículos del futuro no son otros que los autónomos, un segmento que todavía no es muy conocido por la mayoría, pero que la industria del automovilismo busca popularizar en el futuro. Por eso, este color tratará de facilitar la implementación de estos vehículos nuevos.

La «fase blanca» mejoraría el tráfico al permitir que los coches autónomos gestionen mejor los cruces, haciendo que la circulación sea más fluida. Esto reduciría el tiempo que los vehículos pasan parados, ahorrando combustible y disminuyendo la contaminación.

En Madrid ya se ha instalado un semáforo con el cuarto color aunque no está previsto que se utilice a corto plazo.

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