Una preocupación que expresarán las parroquias de la comunidad este lunes, 31 de marzo, haciendo sonar sus campanas a las 13,00 horas.

El grupo de Campaneros de Extremadura colaborarán con esta iniciativa

 

Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia han mostrado su preocupación por la pérdida de población en Extremadura y el envejecimiento de la misma, el fenómeno denominado la ‘Extremadura vaciada’.

Una preocupación que expresarán las parroquias de la comunidad el próximo lunes, 31 de marzo, haciendo sonar sus campanas a las 13,00 horas.

Así lo han señalado en una carta conjunta bajo el título ‘Por amor a nuestro pueblo’, en la que citan, entre otras cosas, la falta de oportunidades y la necesidad de infraestructuras que potencien nuestro desarrollo y atraigan empresas.

Entre otros datos, afirman que en enero de 2024, de los 388 municipios con que cuenta la región, 144 han visto aumentar su población, 231 han experimentado un descenso y en 13 la cifra se ha mantenido estable.

Este hecho hace que en marzo del 2023 el INE dejase claro que Extremadura había perdido habitantes durante la última década a un ritmo de doce al día, o sea, uno cada dos horas, han destacado, junto con que según las estimaciones, la caída de población se mantendrá casi igual lo largo de los «próximos diez años».

A pesar de ello, en una parte del documento de los obispos también se citan como «signos de esperanza las familias que llegan atraídas por la calidad de vida y la posibilidad de teletrabajo, la solidaridad que se da entre nuestras gentes, iniciativas de emprendimiento en nichos laborales ligados a la producción propia de un entorno rural, e incluso descubriendo otros nuevos».

Como «signo para llamar la atención sobre este tema», el lunes 31 de marzo a las 13,00 horas habrá un toque simbólico de campanas en las parroquias de las tres diócesis, según señala el Arzobispado de Mérida-Badajoz en nota de prensa.

 

EL GRUPO DE CAMPANEROS DE EXTREMADURA COLABORARÁ CON ESTA INICIATIVA

 

El Grupo (no es asociación) de Campaneros de Extremadura está encabezado por un coordinador, José María Benítez Carroza, natural de Alange (Badajoz),quien ha promovido un gran movimiento a nivel regional con la finalidad de conservar y transmitir la milenaria tradición del toque manual de campanas ensu región.

Tal ha sido y sigue siendo su labor, que cuando llegó el momento de defender el proyecto para que el toque manual de campanas fuera inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, las asociaciones promotoras de dicho proyecto (Campaneros de Albaida (Valencia) e Hispania Nostra), eligieron a cuatro campaneros para que representaran a todos los de España, ante el Comité Intergubernamental dePatrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, habiendo sido José María uno de ellos.

La Archidiócesis de Mérida – Badajoz, la Diócesis de Coria – Cáceres, la Diócesis de Plasencia y la Archidiócesis de Toledo (no incluida en la reivindicación del lunes 31 de marzo) son conocedoras de la existencia del Grupo de Campaneros de Extremadura y de su labor desde antes de ser conseguida la declaración UNESCO.

En todo este tiempo, este grupo ha encontrado el apoyo de muchos párrocos, que han permitido abrir las puertas de muchos campanarios, algunas de ellas cerradas desde hace casi medio siglo porque nunca se pensó que pudieran las campanas volver a ser tañidas como antaño.

El oficio de campanero ha sido un oficio que ha formado parte de la iglesia.

Hasta la llegada de la electrificación de los toques, era necesaria la existencia de, al menos, una persona que trabajara al servicio del toque de campanas en cada parroquia pero, esa electrificación y la emigración masiva desde los pueblos extremeños a las ciudades y sobre todo a otras comunidades, provocó que, en muchos pueblos no existiera relevo generacional en el oficio.

Hoy en día, este oficio se ha convertido en el afán de conservar una tradición, la del tañer de campanas de antaño en los pueblos, que no tiene nada que ver con el toque de campanas electrónico, continuada por personas que han aprendido de sus antecesores y que quieren que el toque manual se siga perpetuando en el tiempo.

De este modo, los campaneros que todavía existen por diversos lugares de la geografía extremeña y que estaban tocando anónimamente en sus pueblos, ya no son anónimos, se han unido para luchar conjuntamente y más fuerte aun desde la protección que otorgó la UNESCO al toque manual de campanas.

Los campaneros actuales, mayoritariamente habitantes de pueblos de la Extremadura vaciada, forman parte de la cultura religiosa local, suben a los campanarios y muestran sus destrezas con las campanas, sus instrumentos musicales que emplean para lanzar mensajes a la población, como el de este 31 de marzo, por amor a este arte e intentan acercar a las nuevas generaciones al aprendizaje del mismo.

Hoy en día, las nuevas tecnologías, algo tan sencillo como el pulsar un botón en una sacristía o el llevar una aplicación especifica en el móvil, hacen que las campanas toquen en cualquier momento e incluso a distancia mientras que, el subir a un campanario y el hacer que las nuevas generaciones se acerquen a la iglesia con la finalidad de aprender para dar continuidad a esta tradición, solo es posible si hay vida en los pueblos, si hay personas con iniciativa de seguir dando vida a sus pueblos pero, para ello, debe contar con todos los apoyos que se necesiten para la conservación del bien material (torres, accesos, campanas…) y del inmaterial (el arte del toque manual de campanas).

Desde el Grupo de Campaneros de Extremadura reivindicamos nuestra presencia en los pueblos de nuestra extensa región, que se nos tenga en cuenta en nuestras parroquias porque somos parte de ellas, que se nos ayude para continuar con nuestra labor porque hemos llegado al siglo XXI como herederos del pasado y transmisores de un legado que debe mirar al futuro y que en las parroquias donde no existan campaneros o campaneras surja el deseo de tenerlos porque las personas que ayudan a conservan las tradiciones, contribuyen a dar vida a sus pueblos.

En este 31 de marzo, el Grupo de Campaneros de Extremadura intervendrá en 5 localidades, dos de ellas pertenecientes a la Archidiócesis de Mérida – Badajoz y tres a la de Coria – Cáceres.

Tan solo 5 párrocos de toda la Provincia Eclesiástica Extremeña se han acercado a los campaneros de sus parroquias para hacerles partícipes de este toque de campanas por la vida en los pueblos.

A pesar de ser un día laborable, hay localidades donde las parroquias tienen campaneros y no van a intervenir porque sus párrocos no los han tenido en cuenta para este acto y se tocará electrónicamente, mientras que, en otras poblaciones, a los campaneros les hubiera gustado desempeñar su labor por esta causa pero, no pueden hacerlo por cuestiones de haber promovido este acto en horario laboral.