La grave sequía experimentada el pasado abril en algunas regiones de España se convirtió en el noveno desastre climático mundial más costoso de 2023. Así se recoge en el informe ‘Contando el coste de 2023: un año de crisis climática’, elaborado por Christian Aid.
Las veinte peores catástrofes climáticas de 2023 supusieron un coste económico de 400 dólares (algo más de 360 euros) de media por cada habitante del país en el que se produjeron, según un informe publicado este miércoles por la asociación británica Christian Aid.
De acuerdo con el informe ‘Contando el coste 2023’, si bien las regiones con rentas más altas soportaron un mayor impacto económico, los países que menos perjuicio causaron al clima sufrieron el mayor número de víctimas.
Entre las catástrofes que incluye la organización en el informe, la mayoría -nueve de las veinte- son tormentas, como la de Guam en mayo, cuyos daños ascendieron a los 250 millones de dólares o 1.455 per cápita (aproximadamente 226 millones y 1.300 euros, respectivamente).
En cuanto a los sucesos que supusieron un mayor coste económico para los habitantes del territorio, fueron los incendios forestales de Hawái en agosto, cuyo gasto en daños materiales se estima en 4.161 dólares per cápita (3.770 euros, aproximadamente), y que se cobraron la vida de al menos 100 personas, según los últimos datos oficiales.
La sequía en España fue el noveno desastre climático mundial más costoso en 2023
En el noveno puesto, aparece la sequía registrada en España durante abril de este año, que implicó restricciones del uso del agua en varias zonas de Cataluña y que la organización cristiana británica estima en unos 50 dólares por español (unos 45 euros).
Según el consejero delegado de Christian Aid, Patrick Watt, las elevadas temperaturas de 2023 han puesto «más que nunca» de manifiesto los efectos del cambio climático durante este año.
Algo que afecta especialmente a los países más pobres, donde la gente «suele estar menos preparada para desastres relacionados con el clima y tienen menos recursos con los que contrarrestar sus efectos».
«Hay una doble injusticia en el hecho de que las comunidades más afectadas por el calentamiento global son las que menos han contribuido a incrementar el problema», expresó, ante lo que reclamó la actuación de los gobiernos internacionales.