La parroquia de Azuaga organizará la próxima Jornada Diocesana de la Juventud, el sábado por la tarde llegaba a la parroquia de Consolación la Cruz diocesana y el icono de Santa Eulalia portado por los jóvenes de la localidad. La cruz fue entregada tras la clausura de las Jornadas en Arroyo de San Serván.

Un millar de jóvenes de toda la diócesis han participado este sábado en la Jornada Diocesana de la Juventud (JDJ), que se ha celebrado en Arroyo de San Serván con el lema “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo”.

La acogida de los jóvenes se iniciaba a las 10 de la mañana y a las 11 se les ofrecía un desayuno con la colaboración del Ayuntamiento y asociaciones locales.

Tras una oración en la plaza, Monseñor Celso Morga, Arzobispo de Mérida-Badajoz, les daba la bienvenida y llamaba a los jóvenes a ser personas de esperanza encarnada de la fe, que diferenció del optimismo que nace de tener suerte en la vida. Don Celso se excusó porque tenía que marcharse a Almendralejo, donde está llevando a cabo la Visita Pastoral, pero antes de marcharse citó a los jóvenes a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará el próximo verano en Lisboa con la participación del papa Francisco.

Los jóvenes se repartieron entre 11 talleres distintos, entre los que se encontraban primer anuncio, parroquia, solidaridad, misiones, familia, vocación o Jornada Mundial de la Juventud, ente otros.

La parroquia se quedó pequeña para acoger la Eucaristía. El templo abarrotado de jóvenes ofrecía un aspecto que probablemente nunca había tenido. La celebración fue presidida por el vicario general, Francisco Maya, y concelebrada por cuarenta sacerdotes. En su homilía afirmaba que “el Espíritu Santo nos convoca para que nosotros llevemos cabo el sueño de Dios”, para lo cual hay que estar muy despiertos para “poder ver qué tiene que poner cada uno a fin de construir un mundo mejor”. Francisco Maya pidió a los jóvenes salir de la indiferencia, la comodidad, la despreocupación, a romper la burbuja y salir para comunicar que hay esperanza en Jesús y ser sus testigos cada uno en su ambiente.

La tarde arrancaba con un festival que contó con música y testimonios de fe por parte de varios jóvenes. Los momentos finales fueron para la entrega de la Cruz a la parroquia de Azuaga, que será la encargada de organizar la Jornada del año que viene, y el envío.

Antonio Jesús Marín Romo, delegado Episcopal para la Pastoral Juvenil, que organizaba la Jornada, manifestaba que con la JDJ “pretendemos que los jóvenes tengan un día de convivencia con sentido de comunión eclesial, que manifestemos ser una Iglesia joven que se siente protagonista en su tierra”.