Estas formaciones se enmarcan en el programa ‘Menores ni una Gota’, que se desarrolla gracias al convenio que esta Fundación y la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional mantienen desde 2019 para llevar a cabo acciones de prevención en el consumo de alcohol en menores.
Un total de 2.232 alumnos de 19 centros educativos se han formado este año en la prevención del consumo de alcohol en menores, gracias al programa `Menores ni una gota¿, que han desarrollado la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional y la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS).
La consejera de Educación, Ciencia y Formación Profesional, María Mercedes Vaquera, que ha participado en la última formación del programa de este curso 2023/2024, celebrada en el IES Extremadura de Mérida, ha asegurado junto a la directora de Relaciones Institucionales de la FAS, Silvia Jato, que «tenemos que mentalizar a los chicos de que nos podemos divertir sin alcohol.
No es necesario el alcohol para divertirse». Este programa se lleva desarrollando desde 2019 y se refrendó el pasado mes de noviembre en una visita de Jato a la Consejería.
Este lunes, la consejera ha defendido la necesidad de abordar la prevención en el consumo de alcohol también desde los centros educativos para concienciar a los alumnos ante unos «datos preocupantes» en España.
Además, ha animado a las familias a hacer lo propio para revertir unas estadísticas que apuntan que el 50 por ciento de los chicos de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en el último mes o que el inicio del consumo está en los 14 años, y ha destacado «qué importante es la familia en todo en este tema».
María Mercedes Vaquera ha aseverado que «desde Educación partimos de que no solamente tenemos que dar una formación de un currículo, de unas materias, sino que tenemos que preparar a nuestros jóvenes y que lleven una mochila repleta de formación que les sea necesaria». »
”Es muy importante llevar a cabo proyectos como este» y desarrollarlos también con la implicación de docentes y alumnos.
Por su parte, Silvia Jato ha señalado que «el consumo de alcohol en jóvenes nos tiene que preocupar a toda la sociedad, no es un problema estancado», pero también «hay que darles una palmada en la espalda» a los jóvenes españoles, porque «tenemos una sociedad joven maravillosa, siempre estamos echándoles en cara lo que hacen mal, pero hay que decir que no somos los peores de Europa, al contrario».
Por último, ha destacado el buen desarrollo del programa ‘Menores ni una gota’, porque «si vemos el resultado global de la colaboración de estos últimos 5 años, hemos formado a casi 8.000 alumnos extremeños de enseñanza secundaria en la prevención del consumo de alcohol».
La Fundación Alcohol y Sociedad, consciente de que la educación es la mejor herramienta para prevenir el consumo de alcohol en menores de edad, imparte desde el año 2000 otros programas educativos, como ‘Las Caras del Alcohol’ o de intervenciones familiares.
Estos programas tratan de abarcar a toda la esfera de influencia del menor, como son otros menores, familia y profesores.
En cada centro se evalúan los contenidos y la metodología usada, así como la efectividad del programa y al monitor encargado de impartir las sesiones.
De este modo, se depuran y mantienen actualizados los mensajes, mejorando continuamente sus contenidos y metodología. En esta experiencia en Extremadura, los centros han evaluado las intervenciones de la Fundación con un 4,9 sobre 5.
La FAS considera que el trabajo educativo en las propias familias es imprescindible para la prevención del consumo indebido del alcohol.
La Fundación ofrece herramientas a los padres para abordar situaciones cotidianas relacionadas con la educación de sus hijos, con una información rigurosa sobre el alcohol y la adolescencia, facilitando la comunicación en las familias.
En esta experiencia piloto en Extremadura se han realizado varias formaciones para familias, mediante las que se ha formado a más de 150 padres y madres en esta labor preventiva, ofreciéndoles información rigurosa sobre el consumo de bebidas alcohólicas, pero también herramientas útiles para mejorar la comunicación entre padres e hijos y abordar situaciones cotidianas relacionadas con la educación en el hogar.
En general, los alumnos que han participado en estos programas afirman estar más y mejor informados y en mayor medida perciben los riesgos del consumo y abuso del alcohol que los alumnos no intervenidos.