La muestra podrá verse hasta el próximo 13 de abril

La muestra Uno x uno’ de Lourdes Murillo es fruto del compromiso de la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes con los artistas visuales de la región, que se plasma en el circuito de exposiciones de la Secretaría General de Cultura del que forma parte la Sala Santa Clara de Mérida.

Así lo ha puesto de manifiesto el secretario general de Cultura, Francisco Palomino, durante la inauguración de la exposición, en la que ha estado acompañado por la artista, Lourdes Murillo, responsables del Servicio de Museos de la Consejería y Javier Cano, jefe del Servicio de Restauración de la Junta de Extremadura y autor del texto que acompaña a esta muestra.

La exposición propone «una reflexión sobre la tecnología digital hecha desde lo manual», ha apuntado Francisco Palomino, quien ha equiparado el actual momento del arte, influido por la transformación digital, con otros momentos de la historia, como el descubrimiento de la perspectiva en el Renacimiento o la aparición de la fotografía.

Mientras tanto, Lourdes Murillo ha definido su muestra como «una recreación de la unidad del mosaico, que es la unidad del píxel», con el rojo como color dominante estableciendo un diálogo con otra de sus piezas, instalada en el edificio de Presidencia de la Junta de Extremadura.

Por su parte, Javier Cano ha reseñado que esta muestra crea «una atmósfera reflexiva», al tiempo que ha señalado que las obras de Lourdes «son obras para pensar». En este punto, ha afirmado que se ha de mirar su trayectoria, «siempre coherente, relacionando un pensamiento con un espacio; su experiencia con el tiempo, dando paso a la idea de memoria».

Javier Cano ha añadido que las obras de Lourdes Murillo son obras que «conjugan el verbo transitar», por lo que sus obras son «como recorrer el tiempo; son sentimiento, experiencia y recorrido, memoria».

SOBRE LA EXPOSICIÓN ‘UNO X UNO’

Lourdes Murillo realiza en ‘Uno x uno’ una intervención site specific en el claustro de Santa Clara en Mérida donde, teniendo en cuenta que este espacio, de alguna manera, rinde homenaje a la antigua ciudad imperial Augusta Emérita, desde una perspectiva absolutamente contemporánea.

A través de la pintura, la artista reflexiona sobre la tecnología digital y ofrece otra perspectiva de nuestro entorno, analizando cómo el píxel ha transformado el sistema de proporciones que ha existido desde la época antigua, pero a la vez, estableciendo conexiones con este mismo periodo.

Mediante ocho piezas, la artista consigue hacerse con el espacio, envolviendo al espectador en una atmósfera relajante que contrasta con la velocidad del mundo actual. Sin utilizar ningún elemento tecnológico para realizar su obra, a pesar de la temática, todas las piezas son hechas a mano, con técnicas artesanales y reivindicando los procesos manuales.