Domingo Galindo González, campesino, de filiación socialista, fue encarcelado por la dictadura franquista por sus ideas políticas. Después de pasar por varias instituciones penitenciarias en Extremadura (Zafra, Badajoz, y Castuera), fue trasladado a la Prisión Central de Orduña (Bizkaia) para cumplir su pena de treinta años de reclusión.
Domingo era hijo de José Galindo y Carmen González. Vivía en la Morera, estaba casado y era padre de 4 hijos. El 22 de diciembre de 1939 ingresó en la prisión provincial de Badajoz, procedente de la cárcel de Zafra.
Tenía 43 años en ese momento. Tras ser sentenciado en Consejo de Guerra sumarísimo a la pena de muerte, por su lealtad al gobierno legítimo de la Segunda República, le fue conmutada por la de treinta años de prisión y fue trasladado al Campo de concentración de Castuera.
Y de allí, evacuado al penal de Orduña, donde falleció el 8 de marzo de 1941 debido a las pésimas e infrahumanas condiciones de vida y presidio que caracterizaron a esta prisión franquista.
En suma falleció, al igual que tantos presos de la cárcel, de hambre, frío, hacinamiento, humillaciones y las duras condiciones de esclavitud.
Entre los restos exhumados de la fosa común del Cementerio de Orduña recientemente, de las personas represaliadas en aquella lúgubre prisión a los que se ha conseguido identificar y poner nombre a los restos de Domingo, gracias a una prueba genética
DOMINGO GALINDO GONZÁLEZ será reinhumado este próximo 25 de noviembre de 2023, sábado, en el cementerio municipal de LA MORERA (Badajoz), el pueblo que lo vio nacer, en un acto cívico de homenaje organizado por la ARMHEX.
En el acto, abierto a toda la ciudadanía y colectivos, estarán presentes sus nietos y demás familiares, cuyas muestras de ADN han sido primordiales en el proceso de identificación.
El Campo de Concentración y prisión de Orduña.
Entre julio de 1937 y septiembre de 1939 las autoridades militares golpistas establecieron un campo de concentración de prisioneros republicanos en Orduña, en el que fueron internadas alrededor de miles de personas. El objetivo de este centro fue la reclusión preventiva, la clasificación y la reeducación de los prisioneros.
Estuvo situado en pleno centro de la ciudad, en el antiguo colegio de los jesuitas, y tenía una capacidad máxima de 5.000 personas. Los cautivos, algunos de ellos ajenos a la guerra, sufrieronun trato inhumano que se caracterizó por el hacinamiento, la insalubridad, la miseria, el hambre, la violencia, el miedo, la humillación y la incertidumbre.
Además, algunos de ellos fueron utilizados como esclavos para realizar diferentes obras públicas y privadas.
El antiguo colegio de los jesuitas, que desde 1937 había sido utilizado como campo de concentración, se convirtió ya a finales de 1939 en la Prisión Central de Orduña.
Fue un penal de carácter civil que albergó a varios miles de personas condenadas a largas penas de reclusión por delitos como rebelión, auxilio a la rebelión o adhesión a ella.
Es decir, porque se mantuvieron fieles al gobierno de la República legalmente constituida, o porque actuaron en su defensa en lugar de sumarse a la sublevación fascista.
Los presos eran militantes de partidos de izquierdas y sindicatos, maestros, alcaldes, concejales, obreros o campesinos afiliados a organizaciones políticas y sindicales.
La mayor parte eran naturales, sobre todo, de la provincia de Badajoz, muchos de ellos de la comarca de la Serena. A diferencia de los prisioneros de guerra del campo, los presos de la prisión central de Orduña no provenían del frente de batalla, sino de otras prisiones o campos de concentración, como el de Castuera, por ejemplo.
Debido a las terribles condiciones de insalubridad, miseria, violencia y falta de alimentos a las que fueron sometidos, se registró la muerte de 201 personas, la mayoría como consecuencia del hambre. 127 eran extremeños (125 de la provincia de Badajoz y 2 de la provincia de Cáceres).
Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio municipal, donde en 2013 el Ayuntamiento de Orduña colocó una placa en su memoria. En agosto de 2014 la Sociedad de Ciencias Aranzadi procedió a la exhumación de catorce de ellos, y en diciembre de 2022 recuperó otros 57 más.
En total se han exhumado restos de 71 víctimas. Se trata de la recuperación de víctimas del franquismo más numerosa realizada hasta la fecha en el País Vasco.
Después de identificarse los restos, gracias a la colaboración de las familias y de la labor de Gogora – Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, por fin DOMINGO GALINDO tendrá una sepultura digna en el lugar elegida por su familia, y no en aquella fosa que eligieron sus represores.
LaAsociacion para la Recuperacion de La Memoria Democrática a través de una nota de prensa convocan a la ciudadanía para acompañar a la familia, amigos y convecinos, el 25 de Noviembre de 2023, en que se llevará a cabo el acto cívico de homenaje y entierro de Domingo, en el Cementerio municipal de La Morera.
En dicha nota se afirma que la memoria de las víctimas del golpe de Estado, la Guerra de España y la dictadura franquista, su reconocimiento, reparación y dignificación, representan, por tanto, un inexcusable deber moral en la vida política y es signo de la calidad de la democracia.
La historia no puede construirse desde el olvido y el silenciamiento de los vencidos.
El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia democrática sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir errores del pasado. La consolidación de nuestra sociedad nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para una democracia.
Este tipo de actos, en cumplimiento de las leyes de memoria histórica y democrática, tanto autonómica como estatal, se articulan como un instrumento de protección y cumplimiento de los derechos humanos, sirven para cerrar heridas y dar un merecido reconocimiento público a familiares y víctimas: Verdad, Justicia, Reparación y garantías de No Repetición.
El acto ha sido organizado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), junto con los familiares de Domingo Galindo González.