(EFE).- El húngaro László Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura 2025, se hizo eco de Extremadura y, muy concretamente, de la sierra de San Pedro en su libro ‘El último lobo’, un viaje en busca del último ejemplar ibérico de esta especie en tierras de Extremadura.

Su relato, en primera persona, fue el resultado de un viaje entre los meses de febrero y marzo de 2008 por varios lugares extremeños, como Mérida y Badajoz, e incluso el Alentejo (Portugal), pero principalmente por la sierra de San Pedro, en la cordillera de los Montes de Toledo, entre el occidente cacereño y el norte pacense.

Invitado por la Fundación Ortega Muñoz, que le hizo «un encargo poco convencional» al estilo literario del escritor, Krasznahorkai debía aportar «una nueva visión» sobre Extremadura, han explicado a EFE fuentes de la citada entidad fundacional.

«Fue un viaje de investigación y prospección» de la región, pero que el escritor centró, a la hora de plasmar su trabajo, en dos elementos claves: adentrarse en la historia del último lobo ibérico en Extremadura y en los asentamientos de los temporeros.

Dos ejes vertebradores relacionados con su origen húngaro: su pasado cíngaro y su amor por la naturaleza, han explicado las mismas fuentes.

Algo novelada y con su estilo «muy particular», Krasznahorkai, quien estuvo acompañado varios días por la sierra de San Pedro en su viaje por Extremadura, plasmó en ‘El último lobo’ una experiencia «muy profunda y muy enriquecedora».

Traducido por Adan Kovacsics y publicado en castellano y húngaro, el libro abrió la colección ‘Territorios narrados’ de la Fundación Ortega Muñoz, que este jueves ha trasladado su satisfacción por el galardón otorgado a Krasznahorkai y, obviamente, por tener «a un Premio Nobel» entre los autores de sus libros publicados.