El acusado y la víctima, de 29 años y con dos hijas, mantenían una relación de amistad de mucho tiempo atrás, pero una deuda de 50 euros por la venta de sustancias estupefacientes la quebró; el primero, no estaba dispuesto a abonarla y el segundo, a perdonarla.
Una deuda de 50 euros condujo a un hombre a asesinar a otro en el interior de un bar de Miajadas en 2021, unos hechos por los que la Fiscalía ha solicitado 19 años de prisión para el acusado y el pago de una indemnización a la familia de 378.000 euros.
En su escrito provisional, el Ministerio Público no duda en exponer que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato en el que concurre alevosía.
El acusado y la víctima, de 29 años y con dos hijas, mantenían una relación de amistad de mucho tiempo atrás, pero una deuda de 50 euros por la venta de sustancias estupefacientes la quebró; el primero, no estaba dispuesto a abonarla y el segundo, a perdonarla.
La víctima, que tenía que ingresar en prisión al día siguiente de la agresión mortal por un delito cometido con anterioridad, le reclamó el dinero a su amigo a través de llamadas telefónicas, pero ante la negativa, optó por dirigirse al bar que regentaban los padres de este último.
Estos se negaron a abonar dicha deuda y le dijeron que cuando llegara su hijo solucionarían el problema.
Posteriormente, el acusado y un amigo se dirigieron al domicilio del deudor, quien no se encontraba allí. Sin embargo, una llamada telefónica realizada por un amigo de la víctima le permitió conocer que está ultima hacia acudido a un bar, pero, tras personarse en el mismo, comprobó que no era cierto.
El tercer paso del acusado fue avisar a la Guardia Civil de que había sido amenazado por su amigo, circunstancia que no aclaró ni especificó a los agentes, quienes le instaron a presentar una denuncia, opción que rechazó.
Sin embargo, les dijo a los efectivos del instituto armado que si ellos no iban a hacer nada, él le «pegaría dos puñaladas» a su amigo para «acabar así todo».
Fue entonces cuando este último llamó al acusado para decirle que estaba en un bar del municipio «tomándose unas copas», expresión que enfadó aún más al acusado al entender que estaba bebiendo a su costa.
Tras coger un cuchillo de cocina, y acompañado por dos amigos, el acusado se dirigió al bar, se abalanzó sobre la víctima, quien repeló la posible agresión con un guantazo. En ese momento, el acusado volvió a abalanzarse sobre él, sacó el cuchillo y se lo clavó mortalmente en la zona abdominal para guardarlo rápidamente entre sus ropas, según el relato del Ministerio Público.
La proximidad entre ambos en el momento de la agresión con el arma blanca impidió a los allí presentes observar el apuñalamiento, del que sólo fueron conscientes cuando la víctima comenzó a convulsionar en el suelo.
En su huida del bar, el agresor tiró el cuchillo a un solar abandonado, hecho que observó un vecino de una finca cercana y que permitió a los investigadores encontrarlo y, posteriormente, detener al agresor.
El juicio, que se celebra con tribunal del jurado en la Audiencia Provincial de Cáceres, comienza este lunes y se prolongará durante tres días.