La Junta de Extremadura espera aumentar los visitantes a la región esta primavera para visitar sus inmensos jardines de orquídeas cuya belleza cada vez fascina a más personas en todo el mundo. Extremadura destaca por la cantidad de especies de orquídeas que alberga.

Su observación es una buena excusa para salir al campo. Las increíbles combinaciones de colores, sus formas curiosas y su biología reproductiva atraen el interés de científicos y amantes de la naturaleza y la fotografía.

Como ocurre con tantos recursos naturales, Extremadura es también un paraíso para la observación de estas plantas.

De los 25 géneros y alrededor de 90 especies de orquídeas que pueden encontrarse en la Península Ibérica, 13 de ellos están representados en Extremadura. Aceras, Anacamptis, Cephalantera, Dactylorhiza, Epipactis, Himantolossum, Limodorum, Neotinea, Neottia, Ophrys, Orchis, Serapias y Spiranthes son algunos de los tipos de orquídeas de existen en Extremadura.

Entre los meses de marzo y julio resulta relativamente fácil encontrarlas en muchos lugares de la región y algunas incluso se dejan ver pasado el verano, en septiembre y octubre, como la lengua de gato (Serapias lingua) o la espiral de otoño (Spiranthes spiralis).

Las orquídeas aparecen principalmente en cinco hábitats en nuestra región: matorrales y pastizales adaptados a la sequía estival; bosques mediterráneos con alcornoques y encinas; pastizales en bosques adehesados y zonas abiertas; bosques caducifolios (robledales y castañares) en comarcas como Sierra de Gata, Valle del Ambroz, Valle del Jerte y La Vera; y zonas húmedas, como bordes de ríos y arroyos, charcas o ambientes frescos de turbera.

Entre las numerosas joyas extremeñas destaca el gallo verde o de Chiscano (Serapia perez-chiscanoi), un endemismo ibérico descubierto para la ciencia por el añorado botánico José Luis Pérez Chiscano (1930-2022), natural de Villanueva de la Serena.

Se localiza en la provincia de Badajoz, principalmente en la cuenca del Guadiana, aunque también puede verse en determinadas zonas de Cáceres.

Florece desde principios de abril a mediados de mayo. Otro tesoro es la abejera de Almaraz (Ophrys apifera almaracensis), variedad descubierta en Extremadura por Pérez Chiscano, Durán Oliva y Gil Llano.

Por su rareza y lo localizado de su población, se trata de una especie de notable singularidad que puede verse desde abril a junio.

TURISMO DE ORQUÍDEAS

Toda esta riqueza botánica ha permitido el surgimiento de una actividad turística especializada: la observación de orquídeas silvestres.

Numerosos guías de naturaleza y empresas extremeñas ofrecen visitas para conocer y fotografiar este patrimonio natural, una experiencia que, a menudo, es complementaria con el avistamiento de aves.

De hecho, muchos de estos profesionales forman parte del club de producto Birding in Extremadura, en el que trabajan 150 socios de los sectores público y privado para impulsar el turismo ornitológico y de naturaleza.

Con este propósito, la Dirección General de Turismo realizó, en colaboración con el Club Birding, la guía ‘Orquídeas, Libélulas y Caballitos de Extremadura’, que incluye información detallada y más de 100 fotografías. Su descarga es gratuita y está disponible en español e inglés.

Varias oficinas de turismo y centros de interpretación extremeños se han especializado en el mundo de las orquídeas y organizan actividades para descubrirlas y amarlas.

Entre ellas destaca Orchydarium – Centro de Interpretación de la Orquídea de Almaraz, un espacio dedicado específicamente a estas plantas que cuenta con recursos expositivos e interactivos y es responsable de una intensa agenda a lo largo del año, desde visitas guiadas y talleres hasta conferencias y el concurso de fotografía ‘Las orquídeas silvestres de Europa’. Más al sur, Alange organiza entre marzo y abril el ‘Mes de las Orquídeas’, con rutas, charlas, exposiciones y concurso fotográfico.

El año pasado, 200 personas participaron en las actividades propuestas en la localidad en torno a esta flor y este año esperan aumentar el número de participantes.

El turismo de orquídeas implica también responsabilidad. Todas las especies tienen gran valor en sí, pero algunas, además, cuentan con un grado de protección reconocido legalmente.

Su disfrute no debe suponer riesgos para su conservación por manipulación, daño o recolección de ejemplares. Asimismo, es necesario respetar caminos, vallados y propiedades.

Estas plantas son un motivo más para salir al campo, disfrutar de la naturaleza y descubrir la extraordinaria biodiversidad de Extremadura.