Era una reclamación permanente de psicólogos y psiquiatras, pero también de familiares, supervivientes y personas en riesgo. Planes específicos para prevenir y para atender; para combatir el estigma y para identificar a los colectivos vulnerables. En 2023 se suicidaron en España 4.116 personas.
Desde hace casi tres años España dispone de un teléfono de atención a la conducta suicida, el 024. Sólo en el último año, este servicio ha recibido casi 150.000 llamadas y de ellas, más de 6.000 eran de suicidios en curso que han podido ser evitados. Los expertos siempre recuerdan que por cada suicidio consumado se producen diez intentos y que aunque las mujeres hacen más tentativas, son los hombres los que están a la cabeza de las cifras de suicidio. Sucede en todas las franjas de edad y quizá la más llamativa es en los mayores de 90 años. La tasa masculina de suicidios de de 46,3 por cada 100.000 habitantes frente a 4,4 en las mujeres.
Este tema, de la masculinidad, es uno de los capítulos señalados en el Plan de Acción para la Prevención del Suicidio aprobado por el Consejo Interterritorial de Salud, firmado por el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas. Una de las líneas de actuación habla de la perspectiva de género. «En los hombres mayores -argumenta el texto- aspectos como el aislamiento social y los estereotipos de masculinidad dificultan la expresión emocional y el acceso al apoyo, lo que incrementa su vulnerabilidad.»
El plan, con un ámbito de actuación que llega hasta 2027, está alineado con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y contempla la creación de un Observatorio de Prevención que analizará la información detallada sobre conductas suicidas para orientar las estrategias de intervención.
Se trabajará además en el apoyo a las familias de los fallecidos por suicidio, para que puedan vivir el duelo de forma acompañada. Y se incorporará a los supervivientes en el diseño de las políticas de prevención. Trabaja además en la idea de disminuir el estigma asociado al suicidio y en mejorar la detección precoz de las conductas suicidas en el sistema sanitario.
Una de cada cuatro llamadas al 024 es una llamada silenciosa
Los datos de la línea de ayuda 024 muestran un alto porcentaje de llamadas efectuadas por las personas en riesgo. Una de cada cuatro son llamadas silenciosas, en las que la persona que se pone en contacto es incapaz de articular palabra. Las comunicaciones se producen sobre todo durante las tardes y si miramos el sexo de quien llama, la cifra de mujeres es ligeramente superior a la de hombres. Entre un 5 y un 10% de las llamadas las efectúan menores de 19 años.
El Plan de Acción para la prevención del Suicidio identifica nueve grupos vulnerables: personas con problemas de salud mental, personas con discapacidad, personas mayores, adolescentes y jóvenes, personas LGTBIQ+, personas en riesgo de pobreza y exclusión social, personas que sufren violencia, personas con enfermedades graves o dolor y personas privadas de libertad en centros penitenciarios.
Más barreras físicas y control de armas
Entre las medidas que se incluyen hay un apartado de actuación física, consistente en intensificar protocolos para limitar el acceso a métodos letales, incluyendo la identificación y actuación en puntos críticos como puentes o edificios altos (mediante la instalación de barreras físicas para restringir accesos o la mejora del diseño de espacios públicos con un enfoque de seguridad) así como un mayor control sobre la tenencia de armas, sustancias tóxicas y medicamentos innecesarios.
No se aprueba el Plan de Salud Mental por rechazo de los psiquiatras
El Consejo Interterritorial de Salud pretendía además aprobar el Plan de Acción de Salud Mental, pero el voto en contra de los consejeros de comunidades gobernadas por el Partido Popular lo ha impedido. Responden en su oposición al rechazo manifestado por sociedades científicas del ámbito de la psicología y la psiquiatría, que denuncian que el Ministerio les menciona como co autores del plan cuando no lo han recibido. Además reprochan que el texto no recoge sus principales reivindicaciones: un aumento en el número de profesionales y la eliminación del estigma y la presión sobre los medicamentos psiquiátricos.
El Plan sometido a votación por el ministerio de Mónica García incluía entre sus medidas «garantizar una prescripción farmacológica de calidad, centrada en el paciente y basada en la evidencia científica», de forma que se trabajara tanto en la sensibilización sobre el uso de psicofármacos como en la deprescripción de los no necesarios o los sustituibles por otro tipo de terapias.
ondacero.es