- Ecologistas en Acción, junto con diversas plataformas locales de la península ibérica y de Iberoamérica, lanza un manifiesto con motivo del Día Mundial Contra la Minería a Cielo Abierto para denunciar los desastrosos impactos ambientales y sociales que causa el extractivismo minero.
- El manifiesto es una llamada de atención para repensar el modelo de vida extractivista y apostar por la promoción de la denominada minería urbana, por la recuperación y el reciclaje de metales, por la reducción del consumo y el decrecimiento.
El 22 de julio se celebra el Día Mundial Contra la Minería a Cielo Abierto, una jornada de acción ciudadana y de asociaciones medioambientales en contra de la megaminería. Nace en 2009 a partir de la iniciativa de activistas de México y Canadá, a raíz de los triunfos jurídicos del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier por la defensa del Valle de San Luis Potosí y en contra de la destrucción de Cerro de San Pedro, zona natural de México. Su objetivo es concienciar a las poblaciones y a las naciones de los efectos nocivos de la actividad minera en el medio ambiente, así como sobre las insalubres condiciones de trabajo, esclavitud y trabajo infantil que todavía permanecen en muchas partes del mundo en el marco de esta actividad.
En este día señalado, Ecologistas en Acción y diversas plataformas de la península y de Iberoamérica, presentan un manifiesto alertando de los graves impactos ambientales y sociales del extractivismo minero. Denuncian que la minería ocasiona daños permanentes en las tierras y los ecosistemas, contamina las aguas superficiales, humedales y aguas subterráneas. También provoca deforestación indiscriminada en zonas verdes y daños en la flora y fauna de las superficies intervenidas.
Destacan que los efectos de la minería afectan gravemente a la calidad de vida de las comunidades locales y ponen en riesgo su salud. La actividad minera supone pérdida del hábitat, tierras y modus vivendi de las poblaciones afectadas y aledañas. Utiliza en sus procesos sustancias químicas que generan daños en el medio natural y son el origen de enfermedades en las personas que trabajan y viven en ese entorno.
Plataformas contra los impactos de la minería de España e Iberoamérica se unen porque la minería sigue el mismo patrón en cualquier lugar del mundo, en todos los continentes, con instalaciones con elevados riesgos de inseguridad y leyes que siempre le son permisivas, sin que las empresas mineras lleguen a pagar realmente las consecuencias y los daños humanos y ambientales ocasionados. Señalan como ejemplo los desastres de Brumadinho en 2019 (Minas Gerais, Brasil) y de Aznalcóllar en 1998 (Sevilla, España).
La actividad minera vulnera en muchos lugares del mundo derechos básicos a la protesta, a la vida y a los derechos de los pueblos indígenas, perpetuando el colonialismo, el trabajo en condiciones cercanas a la esclavitud, incluyendo el trabajo infantil, y creando dependencia de las multinacionales que se hacen propietarias de los territorios.
Recuerdan que todavía siguen siendo asesinadas personas defensoras de su territorio y medios de vida. Bajo discursos ecológicos y de sostenibilidad, haciendo uso de grandes campañas publicitarias y patrocinios, las compañías mineras disfrazan hablan de energías renovables, aire limpio y empleos nuevos para enmascarar las consecuencias negativas de su actividad.
Este año, además, quieren realizar una llamada de atención para repensar el modelo de vida extractivista y apostar por la promoción de la denominada minería urbana, por la recuperación y el reciclaje de metales, por la reducción del consumo y el decrecimiento.
Es urgente apostar por la protección y promoción de sectores estratégicos como la agricultura, ganadería y pesca extensivas, la producción de alimentos y el mantenimiento y cuidado de los bosques, el agua y la biodiversidad.
Las organizaciones exigen a los gobiernos de todo el mundo la creación de políticas económicas y de desarrollo que no dependan del crecimiento extractivista, y reclaman la protección de las personas y sus medios de vida frente a los abusos de quienes pretenden usurpar los territorios para el extractivismo.