Mª Tere, Lupe, Maruja y Toni: “Este año nos despedimos de nuestra faceta laboral, pero nunca podremos dejar esta CASA porque gran parte de nuestros corazones se ha ido quedando en cada una de las personas que han vivido y viven aquí y en cada uno de sus rincones”

Hace un par de semanas en un acto cargado de emociones y recuerdos, se celebró el «Día del Centro o de las Familias» en la entidad ‘La Providencia’ y la Asociación Asprovid, marcando la 31ª edición de este encuentro anual. Este evento, que normalmente reúne a usuarias del centro, sus familias, personal y voluntarios de la localidad, tuvo un significado especial este año al despedir a cuatro trabajadoras que dedicaron décadas de sus vidas al cuidado de los demás.

La jornada comenzó con la apertura de la «Mesa de Experiencias», titulada «Casi una Vida», liderada por Mª Teresa Cruz, Lupe Garcia, Tony García y Maruja Pachón, todas ellas trabajadoras de La Providencia que recientemente se han jubilado o están a punto de hacerlo. Este encuentro fue un espacio para compartir vivencias, reflexionar sobre los años dedicados al centro y expresar gratitud hacia quienes formaron parte de esta hermosa historia.

La directora de La Providencia, Francisca Carmona Fernández, agradeció a las familias por confiar en el cuidado de sus seres queridos y presentó a las cuatro trabajadoras homenajeadas, destacando su dedicación y compromiso a lo largo de los años. La Directora General del Instituto Secular ‘Hogar de Nazaret’, Inés Escobar Calle, también tuvo palabras de elogio y agradecimiento hacia las profesionales de La Providencia, reconociendo su labor en el cuidado de las más vulnerables.

Toni García Serrano, Maruja Pachón Hurtado, Lupe García Araya y María Teresa Cruz Godoy compartieron sus emociones y recuerdos en este emotivo acto. Recordaron cómo comenzaron a trabajar en La Providencia siendo muy jóvenes, llenas de ilusiones y fuerzas, y cómo a lo largo de los años fueron construyendo una relación especial con las residentes y el centro.

A lo largo de estos años se han ido adaptando a las nuevas formas porque así lo reconocen, han sido unas ‘Todo Terreno’ a los cambios y desafíos que se les han planteado, siempre con la firme convicción de brindar lo mejor a quienes más lo necesitaban. Han sido testigos de la evolución del centro y han dejado una huella imborrable en cada rincón.

Aunque se despiden de su faceta laboral, estas trabajadoras aseguran que nunca podrán dejar La Providencia, ya que una parte de sus corazones siempre permanecerá allí, junto a las personas que vivieron y viven en este lugar tan especial.

El homenaje a estas cuatro mujeres no solo fue un reconocimiento a su labor, sino también un testimonio del impacto positivo que pueden tener las acciones desinteresadas y el amor dedicado a los demás. Su legado perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlas y trabajar junto a ellas.

Con profunda gratitud y emoción, La Providencia despide a estas valiosas trabajadoras, deseándoles lo mejor en esta nueva etapa de sus vidas y recordándoles que siempre serán bienvenidas en su casa.

Juan Francisco Llano Báez