Existe una relación entra la falta de sueño y las relaciones cardiovasculares.

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad, es por este motivo que los especialistas insisten tanto en mejorar nuestro estilo de vida, con el fin de disminuir nuestro riesgo de padecer este tipo de enfermedades. Normalmente, los consejos más comunes son:

Limitar ciertos nutrientes, como las grasas y el sodio.
Beber menos alcohol
Hacer más ejercicio
Pero según una reciente investigación, existe otro factor determinante que debemos cuidar para prevenir enfermedades cardiovasculares: el sueño.

La importancia del sueño en la salud
Según un estudio, compartido por la Sociedad Europea de Cardiología, recuperar el sueño perdido los fines de semana es la clave para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en casi un 20%.

El estudio analizó los horarios de sueño de más de 90.000 personas, y consideró que casi 20.000 de ellas padecían privación del sueño. Concretamente, los pacientes que fueron categorizados con «privados de sueño» fueron aquellos que dormían menos de siete horas por noche.

Además, los investigadores utilizaron los registros hospitalarios y la información sobre las causas de muerte para diagnosticar enfermedades cardíacas, como la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca, la fibrilación auricular y el accidente cerebrovascular.

A mayores de este estudio, en 2010, una revisión de la literatura en Current Cardiology Reviews encontró resultados similares, y concluyó que la falta de sueño está asociada con la hipertensión, la enfermedad cardíaca coronaria y la diabetes mellitus.

¿Cómo se relacionan el sueño y la salud cardíaca?
En realidad, de muchas maneras. Básicamente, el sueño es necesario para reducir el estrés en el corazón y permitir que todo el cuerpo se recupere del día. Durante el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM), la frecuencia cardíaca se reduce, la presión arterial baja y la respiración se estabiliza.

Además, el sueño fragmentado puede causar estrés cardíaco, la falta de sueño contribuye a la inflamación y al endurecimiento de las arterias.

Prácticas para una buena de higiene del sueño
Algunos hábitos de higiene del sueño que nos pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño y asegurarnos un sueño reparador son

Establecer una rutina regular de sueño: intenta irte a la cama y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj interno del cuerpo.
Crear un entorno propicio para dormir: mantén tu dormitorio oscuro, tranquilo y fresco. Usa cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si es necesario; y asegúrate de que tu colchón y almohadas sean cómodos.

Limitar el uso de pantallas antes de dormir: evita el uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, tabletas y computadoras al menos 30-60 minutos antes de acostarte, ya que la luz azul puede interferir con la producción de melatonina.

Cuida tu alimentación e hidratación: evita las comidas pesadas, picantes o muy condimentadas antes de acostarte. Intenta cenar al menos 2-3 horas antes de ir a la cama. Además, ten en cuenta el consumo de cafeína y nicotina, especialmente en la tarde y noche, ya que son estimulantes que pueden interferir con el sueño.

Realiza actividad física regularmente: puede ayudarte a dormir mejor, pero evita hacer ejercicio intenso justo antes de acostarte, puesto que podría dificultar el sueño.

Evita las siestas largas: si sientes la necesidad de dormir durante el día, procura que la siesta no dure más de 20-30 minutos y que no sea demasiado tarde en la tarde.

No olvides que si tienes problemas crónicos para dormir o si el insomnio afecta tu vida diaria, es importante consultar a un médico o a un especialista en sueño.

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