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El Grupo Parlamentario Socialista ha registrado este martes en la Asamblea de Extremadura un total de 650 enmiendas parciales al proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma elaborados por la Junta de Extremadura con las que pretenden paliar los «efectos negativos» que aguardan para los extremeños.

Unas enmiendas parciales que mueve 395 millones del presupuesto presentado por el Ejecutivo de María Guardiola con los que los socialistas quieren «devolver algo de dignidad» a los extremeños, según ha indicado la portavoz socialista, Soraya Vega, en una comparecencia ante la prensa tras formalizar el registro.

Vega ha subrayado que aspiran de esta forma a «enmendar unas cuentas muy de derechas, con muy pocos derechos, y que abocan a Extremadura a generar más paro, más desigualdad y más recortes».

Según los socialistas las primeras cuentas del Ejecutivo de PP y Vox «van a deprimir la economía regional», no impulsan «inversiones trascendentales» como pueden las industriales o del empleo, y «esconden recortes» y «mucha desigualdad social».

Del total de enmiendas presentadas a los «presupuestos de la mentira», 34 corresponden al texto articulado y 616 al estado de gastos, ha desgranado Vega, quien ha añadido que son «fruto de la escucha activa y del trabajo compartido» de las últimas semanas con los agentes sociales y económicos de la región.

Un proceso «muy distinto», ha dicho, al que ha llevado a cabo la presidenta de la Junta que «tan solo ha escuchado a Vox, al suprimir la reuniones con los grupos parlamentarios antes de la presentación del proyecto de presupuestos que venía realizando el anterior gobierno regional de Guillermo Fernández Vara. Por lo tanto, cuando «habla de diálogo social, la señora Guardiola no deja de hacer otro ejercicio de cinismo político».

Así, y después de que fuera rechazada la enmienda a la totalidad presentada a las cuentas solicitando su devolución al ejecutivo regional, ahora plantean esta serie de enmiendas «en legítima defensa» de los extremeños, y que los socialistas presentan como «un dique de contención a los ataques de la derecha y de la extrema derecha al estado del bienestar».

EP