Se reconocen el martirio de cinco frailes menores españoles, asesinados en 1597 en Florida, actual Georgia (EE.UU.)
El Papa Francisco ha autorizado la promulgación de los decretos que reconocen el martirio de cinco frailes menores españoles, asesinados en 1597 en Florida, actual Georgia (EE.UU.); y del marista Licarione May, asesinado en 1909 en Barcelona.
Según ha informado el portal oficial del Vaticano, ‘Vatican News’, el Papa beatificará a los frailes menores Blas Rodríguez de Cuacos y Antonio de Badajoz (ambos extremeños), así como a Pedro de Corpa, Miguel de Añón. y Francisco de Veráscola, todos ellos españoles, enviados en misión a Norteamérica.
Pedro de Corpa llegó a Georgia en 1587, al pueblo de Tolomato donde se había fundado la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, con la tribu indígena de los guales. Tenían por costumbre tomar varias esposas a la vez y los religiosos administraban el bautismo sólo a los adultos que se comprometían a contraer matrimonio monógamo.
Los indígenas conversos se atenían normalmente a la doctrina moral de acuerdo con la enseñanza evangélica, pero el joven Juanillo, sobrino del jefe del pueblo y destinado a sucederle, aunque bautizado estaba decidido a tomar otra esposa. Pedro de Corpa le llamó, recordándole el compromiso que había contraído en su bautismo, pero éste se abalanzó sobre él, matándole de un hachazo. Era septiembre de 1597.
Poco después, Juanillo y algunos de sus seguidores indígenas atacaron con saña a los sacerdotes profesos Blas Rodríguez de Cuacos, originario de Cáceres, Francisco de Veráscola, vasco, y Miguel de Añón, de Zaragoza, quien, antes de morir junto con su colaborador e intérprete Antonio da Badajoz, consiguió celebrar misa, perdonando a sus asesinos. Poco después de su muerte, la fama de su martirio se extendió arraigándose en el territorio.
Por otra parte, el Papa también beatificará al educador Lycarion May, que nació el 21 de julio de 1870 en Bagnes (Suiza) y a los 18 años ingresó en el Instituto de los Hermanos Maristas. Tras varias experiencias en distintas comunidades españolas, fue llamado a Barcelona para fundar y dirigir un colegio llamado Patronato Obrero de San José, en el barrio de Pueblo Nuevo.
El estallido de un levantamiento popular, provocado por la fuerte tensión social, desembocó en la ‘Semana Trágica’ de Barcelona, durante la cual la población se rebeló contra el servicio militar obligatorio decretado por el gobierno español. En la noche del 26 al 27 de julio de 1909, el edificio escolar de los Padres Maristas fue incendiado y los religiosos, a los que se había pedido que abandonaran la casa, fueron asesinados.
Según informa Vatican News, Lycarione fue el primero en morir tiroteado y su cuerpo, golpeado con piedras y machetes, fue recuperado y enterrado posteriormente en una fosa común del cementerio de Montjuïc. Su fama de mártir se extendió sobre todo en España y Suiza.
Asimismo, el Papa Francisco ha autorizado la promulgación del decreto que reconoce el milagro obtenido por intercesión de Vincenza Maria Poloni, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia, que en el siglo XIX dio vida a una comunidad religiosa para ofrecer ayuda a los más necesitados, inspirada en la espiritualidad de San Vicente de Paúl.
Nacida en Verona el 26 de enero de 1802, creció en una familia muy religiosa y animada por su director espiritual, Carlo Steeb, decidió dedicar su vida por completo al servicio de los ancianos y los enfermos crónicos. En 1840, junto con otras compañeras, se instaló en el Pio Ricovero de su ciudad natal y así nació el Instituto de las Hermanas de la Misericordia. Murió el 11 de noviembre de 1855 y fue beatificada en Verona el 21 de septiembre de 2008. La Iglesia le atribuye el milagro de la curación de una mujer chilena en 2014.
Además, el Papa ha ordenado al Dicasterio para las Causas de los Santos que promulgue los decretos de reconocimiento de las virtudes heroicas de tres siervos de Dios, que se convierten así en venerables: Madre María Riccarda de la Preciosísima Sangre Beauchamp Hambrough, abadesa general de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, nacida el 10 de septiembre de 1887 en Londres y fallecida el 26 de junio de 1966 en Roma; el padre Quintino Sicuro, sacerdote diocesano, eremita, nacido el 29 de mayo de 1920 en Melissano (Italia) y fallecido el 26 de diciembre de 1968 en un sendero del Monte Fumaiolo, en Verghereto; y de Luigia Sinapi, laica, nacida el 8 de septiembre de 1916 en Itri y fallecida el 17 de abril de 1978 en Roma.