Ecologistas en Acción de Extremadura organiza junto a otros colectivos antinucleares extremeños una charla debate sobre las razones para cerrar Almaraz y todas las demás centrales nucleares españolas.
La potencia instalada en Extremadura de energía fotovoltaica es de 7.700 MW, junto con la hidroeléctrica, la eólica y la termosolar suman 9.600 MW, más del cuádruple de los dos reactores de Almaraz (2.093 MW)
Las nuevas instalaciones en hibridación con fotovoltáicas, las de almacenamiento por baterías, y las de bombeo hidroeléctrico van a permitir la estabilidad de la red eléctrica y la complementariedad de las diferentes fuentes renovables, algo que impide la energía nuclear por su falta de flexibilidad para integrarse con las renovables.
El crecimiento de las renovables para la producción eléctrica está siendo enorme en España, con los últimos datos completos de 2023, que proporciona Redeia-Red eléctrica, la fuente de generación principal es la Eólica con un 23,5%, la nuclear supone un 20,3 %, la fotovoltaica con solar térmica en 2023 ya era el 15,8%, la Hidroeléctrica más turbinación, suponen un 11,4%. En Extremadura y en otras regiones, las fotovoltaicas se están hibridando con instalaciones de almacenamiento por baterías y de bombeo hidroeléctrico, y otras relacionadas con la investigación en producción de hidrógeno. La integración de las renovables en la red eléctrica en los diferentes horarios del día va a ganar mucho con estas propuestas de almacenamiento.
Nuestro país cuenta a día de hoy con una potencia instalada fotovoltaica de 27 GW en plantas instaladas y más de 7 GW en autoconsumo. Las nucleares además de ser peligrosas (por la cantidad de riesgos de accidentes y la gravedad de los mismos, sucias (porque los residuos radiactivos que implican son peligrosos durante miles de años) y caras (la minería de uranio, el enriquecimiento, la construcción de las centrales, su explotación, desmantelamiento y la gestión de los residuos durante miles de años), suponen un montón de gastos, que parece que las empresas no están dispuestas a asumir.
El principio de quien contamina paga, implica que los titulares de las centrales deben pagar una tasa de 21,83 €/Mwh para garantizar que en el año 2100, los residuos radiactivos estuvieran a buen recaudo en el Almacén Geológico Profundo. Sin embargo, tras las presiones del lobby nuclear el importe de la tasa se queda en 10,36 €/Mwh. Eximir a las eléctricas del pago que deben realizar es destinar dinero público a las nucleares, socializando sus gastos, para que tengan aún más beneficios. Siendo Extremadura (11,1%) la tercera región española productora de electricidad, tras Cataluña (14,3%) y Andalucía (12%), una generación eléctrica 6,2 veces mayor que su consumo, la política fiscal beneficia a las regiones que consumen electricidad y no a las productoras, por eso la producción eléctrica extremeña, desde hace décadas no ha supuesto un desarrollo regional.
De los 9.167 Gwh que produjo Extremadura en 2023, casi la mitad ya era renovable. Y ello considerando el efecto del vertido verde o curtailment durante los meses más soleados, pues sea porque Red eléctrica pide a los productores desconectar las renovables por sobrecarga de la red o sea, por propia iniciativa del operador para mantener los precios de la electricidad, se producen frecuentes desconexiones de la red en los meses de verano y los fines de semana. Hay fuentes que estiman que los vertidos renovables han sido significativos en Zaragoza, Badajoz, Cáceres o Ciudad Real. Según un informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables de 2023, estas desconexiones de la red suponen la pérdida de casi un 20% de la producción de energía solar, aunque es un mecanismo que también afecta a la energía eólica. Este tipo de flexibilidad de desconexión no puede hacerse en las nucleares, que no ayudan en la integración de las renovables en la red eléctrica.
Para la transición energética no es precisamente la energía eléctrica lo que supone el mayor problema, pues representa solo el 20% del consumo final de energía, según datos de la Agencia Internacional de la Energía en 2021. En España, el consumo final en forma de energía eléctrica fue del 22% y en Europa el promedio se sitúa en un 25%. Se estima que puede electrificarse algunos sectores que aún no lo están, pero hoy en día hay limitaciones técnicas para electrificar la industria pesada, la aviación, etc. La energía nuclear representa solo un 4% de la producción mundial de energía eléctrica, y no parece que haya muchas reservas de uranio ni que sea lo opción más barata y conveniente para producir energía eléctrica. Creemos firmemente que nos podemos liberar de los riesgos que comportan las nucleares e irlas cerrando en el calendario previsto, pues mantener la producción de estas viejas centrales nucleares supone, además de una estafa, un riesgo para la ciudadanía, que ni siquiera está protegida por un protocolo adecuado en caso de accidente nuclear.
Os invitamos este 11 de marzo, fecha del accidente de Fukushima al debate organizado en el Ateneo de Cáceres, que estará moderado por Mª Ángeles López Lax, presidenta de dicha Institución y contará con la participación de Juan Serna, exconsejero de la Junta de Extremadura y activista contra las nucleares, motivo por el cual dejó la Consejería; Cristina Rois, de Ecologistas en Acción, portavoz del Movimiento Ibérico Antinuclear y representante en el Comité de Participación Pública y Transparencia del Consejo de Seguridad Nuclear; Nieves Guitián, presidenta de la asociación profesional de técnicos en seguridad nuclear y protección radiológica y José María González, coordinador del grupo de trabajo de energía de Adenex y de la publicación “Breve historial de los dos grupos atómicos de Almaraz”.