El Juzgado de los Penal nº1 de Cáceres ha condenado a un preso por un delito de atentado a agente de la autoridad en la figura de dos funcionarios del centro penintenciario de la capital cacereña.
La sentencia, que es firme, condena al interno JC.M.P como autor responsable de un atentado a agente de la autoridad y de dos delitos leves de lesiones a la pena de nueve meses de prisión y a indemnizar a los funcionarios con la suma de 1.854 euros.
Así lo ha avanza el sindicato CSIF Extremadura en una nota de prensa, mayoritario en el Centro Penitenciario de Cáceres, que ha valorado de forma muy positiva esta sentencia, ya que «recoge una reclamación histórica» del sindicato para que se considere a los funcionarios de Instituciones Penitenciarias como agentes de la autoridad «al objeto de poder hacer frente y con garantías a situaciones de inseguridad que puedan producirse en el interior de las cárceles extremeñas».
Según relata, los hechos se remontan al 14 de julio de 2021 cuando el condenado fue requerido por los funcionarios para cambiarse de módulo a lo que se negó y ‘propinó una patada y un puñetazo a uno de los funcionarios mientras que en el altercado comenzó a lanzar patadas y puñetazos que alcanzaron a otro de los funcionarios’ que intentaba reducirle.
Como consecuencia de las lesiones sufridas, ambos trabajadores tardaron en recuperarse 27 y 15 días, según explica CSIF en nota de prensa.
Cabe recordar que en las prisiones de la región se han producido incidentes en varias ocasiones, lo que lleva a que «se evidencie, una vez más, con esta sentencia, la situación de indefensión que están sufriendo los funcionarios de estos centros», al carecer de una formación adecuada, de medios coercitivos modernos que reduzcan la peligrosidad y minimicen los daños que pudieran sufrir.
En este sentido, CSIF felicita y apoya a todos los funcionarios de la prisión cacereña que se juegan, cada día, su integridad física cumpliendo con su obligación profesional «a pesar de que la Administración Penitenciaria los ningunea al dejar de cubrir las numerosas vacantes existentes y les obliga a desempeñar sus funciones en unas condiciones que dejan mucho que desear», concluye.