El derecho a la información está en riesgo, también en nuestras democracias homologables.

La alambrada que cerca éssta conquista ya no mes un funcionario gris que examina textos y censura párrafos incómodos para el gobernante o gobernantes de turno.

Los enemigos del derecho a la información encuentran hoy herramientas mucho más efectivas y acordes con los nuevos tiempos.

La estrategia lleva ya años en marcha y tiene varias fases. Arranca con la deslegimitación de la actividad periodistica en su conjunto.

 

A los medios se les presenta como un agente político más, y una vez esparcida la duda sobre sus intenciones, se actúa en consecuencia para anular ese contrapeso al poder.