El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural el conjunto del ‘Pozo de Nieve y Alberca’, en el término municipal de Calera de León, con la categoría de Lugar de Interés Etnológico.

Dicho conjunto se sitúa en una finca de propiedad pública, entre los kilómetros 6 y 7 de la carretera que conduce desde Cabeza la Vaca al Monasterio de Tentudía, a escasa distancia de éste.

Se trata de una construcción que data del siglo XVI y que resulta de vital importancia para la producción de un bien perecedero como el hielo, en un contexto tradicional, de ahí su interés etnohistórico.

El conjunto está situado en la ladera de la umbría de la zona montañosa donde se ubica, con el objetivo de evitar el sol y beneficiarse de las temperaturas adecuadas para que el hielo se mantuviera en condiciones constantes para su transporte hasta las áreas donde era consumido.

El pozo tiene una la altura de 9,50 metros y sus paredes se conforman con piedras irregulares, de diferente tamaño, formando una sólida construcción, siempre con un compacto mortero y aprovechando los afloramientos, lo que explica que se haya conservado hasta el presente.

A pocos metros se halla la alberca, cuyo cometido era producir la nieve que se almacenaba en el pozo. La ubicación de la alberca estaba pensada de manera que, al mismo tiempo que permitiera la formación de hielo, previo transporte de nieve hasta él, pudiera recoger la propia nieve que se depositaba cuando las condiciones meteorológicas eran las adecuadas.

Está construida a base de piedra local, de disposición plana, formando estructuras mediante mampostería, cuyo aglomerante es la tierra. En su lado más largo cuenta con una longitud de 17,20 metros de lado y en el más corto de 9,20. La profundidad es de 1,50 metros y el ancho del muro oscila entre 0,65 y 0,70 metros.

Los pozos de nieve no debieron ser raros en otras épocas, si bien se conservan muy pocos ejemplares como el de Calera de León. La importancia de este pozo también reside en la singularidad de que junto a él se conserve una alberca para producir el hielo, de una tipología única en Extremadura. De ahí su necesario reconocimiento patrimonial.