Ecologistas en Acción de Extremadura expresa su profundo rechazo y considera inadmisible que acudan autoridades como María Guardiola o los presidentes de las diputaciones provinciales a la manifestación contraria al cierre de Almaraz convocada el 18 de enero.
La asociación Ecologistas en Acción de Extremadura se manifiesta claramente a favor del cierre de la CNA, como ha reiterado en muchas ocasiones. Sin embargo, creemos inadmisible que asista la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y los presidentes de las diputaciones de Badajoz y Cáceres a la manifestación convocada para el 18 de enero por colectivos pronucleares.
Ecologistas en Acción argumenta que la Central Nuclear de Almaraz (CNA) ha superado, con creces, su periodo de vida útil y que siendo una instalación que nunca debiera haberse construido, por la peligrosidad que implica y por la imposible gestión de sus residuos, se encuentra en una situación de deterioro por su dilatado ciclo de funcionamiento que supera ya los cuarenta años. Pretender alargar su vida útil es un ejercicio de irresponsabilidad que pone en peligro a la población civil, algo que no parece preocupar a las autoridades extremeñas, quienes parecen más interesadas en captar de forma populista una serie de votos en la comarca de campo Arañuelo. También cabe preguntarse, según la organización, qué han estado haciendo los municipios afectados por la CNA con los fondos recibidos durante estos cuarenta años, y si los han utilizado para la generación y reconversión del empleo en la comarca para el momento del cierre de la CNA.
La organización recalca que en la citada manifestación no hay presencia de las empresas responsables de la CNA, porque son ellas quienes han llegado al acuerdo del cierre definitivo de los reactores en 2027 y 2028. Han decidido su cierre completamente ajenas a la pérdida de puestos de trabajo que ello supone como suele ocurrir en el mundo corporativo, obtienen grandes beneficios a costa de la degradación ambiental y del timo a la ciudadanía que se ve obligada a recurrir a sus servicios y luego no asumen los costes sociales de su cierre, como tampoco asumen los costes de la custodia de los residuos durante decenas de miles de años, gracias al apoyo de la administración central que les exime del enorme coste que supone la construcción de un Almacén Geológico en Profundidad (AGP) y que va a acabar pagando la ciudadanía como colofón a esta colosal estafa.
Según Ecologistas quienes sí se tenían que haber preocupado del coste social que supone el cierre de la CNA son los sucesivos gobiernos regionales y estatales que no han hecho absolutamente nada por crear una alternativa laboral, parece que 40 años no son suficientes y que ahora vienen las prisas y los problemas. Como la organización ha recalcado en otras ocasiones hay múltiples opciones para la generación de empleo en Campo Arañuelo, máxime teniendo en cuenta la ociosidad del gran polígono Expacio Navalmoral, que está a la espera de su ocupación por otro megaproyecto insostenible, neocolonialista y perjudicial para la región que es la fábrica de baterías de litio.
Según la organización se debería haber apostado por la ocupación de ese espacio industrial creado con dinero público y haberlo orientado hacia industrias más sostenibles como las conserveras asociadas a la producción hortofrutícola de Campo Arañuelo, que debería haberse reconvertido hacia el cultivo ecológico, por ejemplo del espárrago, entre otros productos, conserva que actualmente se importa en grandes cantidades de China o Perú, con la correspondiente tasa de emisiones asociada a dicha exportación.
Ecologistas en Acción de Extremadura cierra su comunicado aseverando que no se puede pedir a las asociaciones pronucleares que acepten el cierre de la CNA por solidaridad con la sociedad, que debiera tener que sufrir el peligro de accidentes y la insostenible producción de residuos, pero sí se debe exigir a las autoridades que nos representan que no apoyen este tipo de actos y que trabajen, aunque sea tarde, por la generación de empleo sostenible en la región sin esperar a que lleguen las grandes corporaciones que, por lo general, sólo vienen a expoliar los recursos de esta región dejando la tierra quemada a su paso.