Dos de sus integrantes se movían por diferentes ciudades de España y un tercero almacenaba los objetos sustraídos

La Ertzaintza y la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal, conformado por tres personas, dedicado al robo de pisosque actuaba por diferentes ciudades de España, como Cáceres. En el caso de Euskadi, la Policía vasca atribuye a las tres personas detenidas más de una veintena de robos, casi la totalidad en la zona urbana de Vitoria-Gasteiz, entre diciembre de 2021 y septiembre de 2023.

En el operativo conjunto, denominado ‘Zulagailu-Taladro’, se han esclarecido así robos en Vitoria-Gasteiz y Durango, además de en Alicante, Elche, Pamplona, Valladolid, León, Burgos, Toledo, Cáceres, Camargo y Mollet del Vallès.

Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, la investigación comenzó por parte de ambos cuerpos de forma independiente, si bien, tras detectarse que ciertos robos que se cometían en sus demarcaciones compartían un modus operandi similar y se sustraían artículos con idénticas características, se dio paso a una operación conjunta coordinada a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).

Los investigadores pudieron comprobar la confluencia de dos de los detenidos en los lugares de los robos, en día y hora. Los individuos fueron detectados en las inmediaciones donde se cometían estos delitos, tanto por los medios que había desplegado la Ertzaintza como por los desplegados por la Policía Nacional.

La Ertzaintza y la Policía Nacional establecieron un cerco sobre estos dos sospechosos, llegando a conseguir su plena identificación. Se trataba de dos ciudadanos extranjeros que vivían en Málaga, se movían por diferentes ciudades de España y que estaban en conexión con una tercera persona que era la encargada de almacenar los objetos sustraídos y buscarles una salida en el mercado ilícito. Esta última, una mujer, era la pareja sentimental de uno de los principales sospechosos.

Cuando los agentes tuvieron todos los datos necesarios para cerrar la investigación, establecieron un dispositivo que se saldó con las detenciones de uno de los dos hombres y de la mujer. Las detenciones se practicaron en los domicilios de ambos, en la localidad malagueña de Fuengirola.

En esta fase del dispositivo se supo que el tercer involucrado se encontraba en la prisión de Picassent (Valencia), por lo que quedó en calidad de investigado. El individuo se encontraba cumpliendo condena ya que era «tan extensa su carrera delictiva, que había acumulado una buena cantidad de hechos similares a la investigación en curso».

De este modo, se realizaron registros domiciliarios y se pudo encontrar multitud de artículos sustraídos en los robos. Entre los objetos se hallaron una gran cantidad de joyas, teléfonos móviles, tarjetas de prepago, dispositivos electrónicos y herramientas especiales que fueron usadas para la apertura de los inmuebles. También se encontró la cantidad de 16.950 euros en metálico y documentación de vehículos que los relacionaba directamente con los robos.

MODUS OPERANDI

Los detenidos hacían uso de vehículos de alquiler para desplazarse a los lugares donde robaban. En ocasiones, fueron detectados a más velocidad de la permitida por radares de tráfico siendo sancionados por ello. No obstante, utilizaban otros nombres para evitar la acción de la justicia.

Pertenecían a una organización con una estructura «bien diseñada» que contaba con jerarquía, en donde su cabecilla estaba especializado en la apertura de todo tipo de puertas de acceso a las viviendas. Utilizaba así taladradoras potentes con brocas especiales que conseguían perforar los bombines.

Otro de los autores era el encargado de controlar la presencia de personas para que se pudieran cometer los robos sin ser detectados. No tenía solo esa función ya que también se dedicaba a trasladar al cabecilla para que cometiera los ilícitos a la vez que transportaba todos los objetos del botín.

La tercera detenida era la encargada de buscar la salida a los artículos robados. Almacenaba los objetos en un piso a la espera de poder ser introducidos en el mercado ilícito. Los dejaba «enfriar» durante un tiempo, con la intención de perjudicar cualquier investigación, aprovechando ese tiempo para encontrar un comprador que pagara una cuantía lo suficientemente grande.

Con la detención de estos tres delincuentes, la Ertzaintza y la Policía Nacional han conseguido desarticular un grupo criminal «muy activo en robos con fuerza en domicilios». Localidades como Vitoria-Gasteiz y Durango en el caso de la Ertzaintza y diferentes municipios de otras provincias del Estado, en lo referente a la Policía Nacional, fueron las afectadas por esta actividad delictiva.

Se han esclarecido un total de 70 robos con fuerza cometidos en viviendas, de los cuales, 33 han sido gracias al descubrimiento de ADN en el lugar de los hechos.

La Ertzaintza les atribuye más de una veintena de robos en Euskadi, casi la totalidad en la zona urbana de Vitoria-Gasteiz, en el periodo comprendido entre diciembre de 2021 y septiembre de 2023 llevándose a efecto en junio de 2024 el operativo policial.

Los detenidos, dos varones, de 46 y 28 años, respectivamente, junto con la mujer, de 28 años, contaban con diferentes antecedentes por hechos similares. Todos ellos fueron puestos a disposición de Juzgado de Instrucción de Guardia de Fuengirola, quien decretó el ingreso en prisión del hombre y la puesta en libertad con cargos de la mujer; además de la continuidad en prisión del tercero.

EP