El presidente de esta asociación, Julián Gutiérrez, ha explicado a EFE que los ayuntamientos en la actualidad “establecen una serie de normas para los muchos eventos anuales que se organizan en los entornos urbanos, las cuales sin embargo son incapaces de supervisar y hacer cumplir por parte de los agentes municipales”.
No solo en las ciudades
Según ha expresado Gutiérrez, esta situación no solo se produce en las cuatro grandes ciudades extremeñas, sino también en muchos otros municipios, como por ejemplo Almendralejo o Don Benito.
Los últimos eventos navideños están demostrando que ante la presencia masiva de personas, no solo no se cumple el control del máximo de decibelios permitido por ruido (que “no solo se establece para la noche” sino también para el día), sino también por ejemplo todo lo relacionado con los espacios libres en las aceras para el tránsito de personas, o en las calzadas para los vehículos de emergencia.
Esta afluencia de personas también provoca que los clientes no puedan acceder a las tiendas de esas zonas, como han criticado ya comerciantes en distintas ciudades extremeñas.
Incivismo
Todo ello sin contar el “incivismo” que provocan en ocasiones estas aglomeraciones, como por ejemplo acontece en la zona de San Esteban (Plasencia), con personas miccionando “a plena luz del día”.
En este marco, el colectivo considera positivas medidas como el recorte de horarios en terrazas establecida en Bilbao, pero “el problema en Extremadura es que primero habrá que cumplir las normativas establecidas ya en cada municipio, pues hoy no se produce”.
Gutiérrez ha explicado por ejemplo que “en el caso de las ampliaciones de horarios durante Navidad, y aún estándose en contra, si esta medida se establece con la garantía de que no habrá ruido se puede estudiar”, pero “el problema es que hay bares con música con las puertas abiertas”.
Por este motivo, “de nada sirve consensuar medidas con las asociaciones contra el ruido, con hosteleros o con organizaciones empresariales si posteriormente no se cumplen”, ha dicho.
Tardeo y preuvas
Hace años que las celebraciones navideñas no se supeditan exclusivamente a las grandes festividades de Nochebuena, Nochevieja o Reyes y cada vez es más habitual que los ayuntamientos de los municipios más grandes y también de los medianos y pequeños organicen un amplio calendario festivo que abarca muchos más días.
Costumbres como el «tardeo» de Nochebuena o las «preuvas» previas al 31 de diciembre son cada vez más habituales y suelen concentrar las mayores aglomeraciones de personas en los espacios públicos, como ya es tradición en Mérida con fiestas organizadas para los pequeños y mayores que reúnen amplios programas musicales y de animación