Contra la condena cabe recurso

La Audiencia Provincial de Cáceres, conforme al veredicto de culpabilidad, ha condenado a 17 años de prisión a cada uno de los dos acusados, madre e hijo, de asesinar a un hombre en la madrugada del 2 de noviembre de 2019, en la localidad cacereña de Logrosán.

Los dos condenados tendrán que indemnizar además de manera conjunta y solidaria a los padres y hermana de la víctima con una cantidad de 215.000 euros. La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. La sentencia recoge como hechos probados que entre el acusado y la víctima existían malas relaciones.

La víctima, un joven de 32 años, en la noche de los hechos, estuvo consumiendo una cantidad importante de alcohol y sustancias estupefacientes que mermaban sus facultades. En un momento de la noche se acercó al bar que regenta el acusado y desde las inmediaciones llamó dos veces a la Guardia Civil diciendo que en dicho bar se estaba vendiendo cocaína, siendo advertido el acusado de dichas llamadas por un tercero.

Los dos acusados, madre e hijo, que estaban en el bar salieron y se encontraron con la víctima, propinándole la acusada un fuerte golpe en la cara con un collar denominado «tibetano» formado por bolas de acero, y al mismo tiempo el acusado asestó dos puñaladas a la víctima. Los dos condenados tendrán que indemnizar además de manera conjunta y solidaria a los padres y hermana de la víctima con una cantidad de 215.000 euros.

La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. La sentencia recoge como hechos probados que entre el acusado y la víctima existían malas relaciones. La víctima, un joven de 32 años, en la noche de los hechos, estuvo consumiendo una cantidad importante de alcohol y sustancias estupefacientes que mermaban sus facultades.

En un momento de la noche se acercó al bar que regenta el acusado y desde las inmediaciones llamó dos veces a la Guardia Civil diciendo que en dicho bar se estaba vendiendo cocaína, siendo advertido el acusado de dichas llamadas por un tercero. Los dos acusados, madre e hijo, que estaban en el bar salieron y se encontraron con la víctima, propinándole la acusada un fuerte golpe en la cara con un collar denominado «tibetano» formado por bolas de acero, y al mismo tiempo el acusado asestó dos puñaladas a la víctima.