Esto beneficiaría a unos 165.000 trabajadores extremeños, principalmente de los sectores de la hostelería, el comercio, la construcción y del campo.
Ep. – Los sindicatos UGT y CCOO Extremadura han convocado este jueves, 26 de septiembre, a las 10,00 horas, frente a la sede de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEx), en Badajoz, una concentración para exigir la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2025.
Una medida que beneficiaría, según los cálculos de las organizaciones sindicales, a unos 165.000 trabajadores de la comunidad autónoma, principalmente de los sectores de la hostelería, el comercio, la construcción, que se mantienen en 40 horas, y del campo, actualmente en 39 horas.
La protesta, enmarcada en la movilización de ambos sindicatos a nivel nacional, estará encabezada por las secretarias generales de UGT Extremadura, Patro Sánchez, y de CCOO, Encarna Chacón, que han sido las encargadas de presentarla este martes en rueda de prensa.
Chacón ha expresado que ha llegado el momento de exigir a los empresarios que repartan los beneficios, que han incrementado un 64 por ciento desde 2018 a nivel nacional, así como de devolver las horas extras no pagadas y declaradas.
Un «robo», ha apuntado, de «más de 3.000 millones de euros de beneficios que están obteniendo los empresarios, que no pagan a los trabajadores y trabajadoras ni tampoco a Hacienda y a la Seguridad Social», por lo que cree que es «el momento ya de ser honestos, de ser honrados y de ser respetuosos con la clase trabajadora».
Esta medida supone avanzar en «justicia social», pero también mejorar la vida de los trabajadores en cuanto a la conciliación y la salud laboral, que está ligada, ha señalado, a la «precariedad laboral».
La dirigente sindical ha rechazado el discurso del «miedo» de la patronal respecto a la productividad ligada a la jornada laboral, como ya se ha puesto de manifiesto con otros avances conseguidos recientemente, como la reforma laboral, las subidas del salario mínimo o la reforma de las pensiones, que lejos de destruir empleo, provocan lo contrario al «incentivar la economía».
Según ha señalado la productividad no se incrementa trabajando más horas, sino con la formación, con la digitalización y la tecnología, y muestra de ello, ha señalado, es que la jornada de 35 horas está implantada en Francia desde el año 2000 y algunos países europeos es incluso más reducida.
«Es el momento de ganar vida, es el momento de exigir a los empresarios la reducción de la jornada laboral, es el momento de mejorar las condiciones de vida de la gente», ha exclamado.
REDUCCIÓN DE JORNADA POR LEY
Por su parte, Patro Sánchez, ha reconocido que se han producido avances en cuanto a la reducción de la jornada laboral en los últimos años gracias a la negociación colectiva, que han situado la media en la región en 38,4 horas semanales.
Los sindicatos quieren que esta reducción quede reflejada en el Estatuto de los Trabajadores, para que alcance a buena parte de la clase trabajadora de una comunidad con un importante peso de las pymes y microempresas donde es más difícil contar con representación sindical y, por tanto, con una negociación colectiva.
Sánchez ha remarcado en este sentido que esta medida es solo el principio, puesto que el objetivo a más largo plazo es llegar a la jornada laboral de 35 horas semanales y, posteriormente, a la de 32.
Asimismo, ha reconocido que no tienen muchas «esperanzas» en alcanzar un acuerdo con la patronal, ya que las organizaciones a nivel federal acuden a la reunión prevista esta tarde con la patronal con «poca ilusión».
Por ello consideran que debe ser el Gobierno el que impulse la modificación de la ley tras 40 años sin cambios porque en esta cuestión se han encontrado con una patronal «cerrada» al acuerdo.
En este sentido, los sindicatos tienen previsto abordar la reducción de la jornada laboral con los diferentes grupos parlamentarios para que se «retraten» ante la clase trabajadora, ha apuntado Chacón.
Una reivindicación que va a ayudar a conseguir objetivos «muy importantes», en materia de salud laboral, de conciliación y también, ha apuntado, para luchar contra «las jornadas parciales forzosas», que son objeto de «discriminación para muchas mujeres», con lo que asimismo va a beneficiar que se reduzca la brecha salarial por razón de sexo.