El dispositivo cuenta con 20 plazas con servicios esenciales como cena, desayuno y pernocta.
Con la colaboración y la cofinanciación de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida, Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz pone en marcha, un año más, el recurso “Ola de frío” en la capital extremeña. El centro, situado en la calle Suárez Somonte de Mérida, abrirá sus puertas hoy 4 de diciembre y hasta el 30 de abril del próximo año.
Este recurso proporcionará refugio a las personas vulnerables que se encuentran viviendo en la calle, ofreciendo 20 plazas con servicios esenciales como cena, desayuno y pernocta. Además, se brindará acceso a duchas, lavandería y servicios de ropero, en definitiva, un lugar seguro donde se proporcionará atención y cuidados básicos, con el objetivo de reducir el daño a las personas que se enfrentan a las duras condiciones
climáticas de esta época del año, evitando un deterioro de su situación personal.
El centro de emergencia es un espacio de mínima exigencia, una alternativa a vivir en la calle donde se favorece el cambio y mejora de las personas que no tienen un hogar. Enrique Tejada, director del recurso, destaca que “del mismo modo, las personas que acudan al centro, contarán con la posibilidad de comenzar un proceso desde el que se les ofrece una oportunidad de cambio para poder salir de la situación de exclusión social en la que se encuentran.”
El centro estará operativo desde las 17:00 hasta las 09:00h de la mañana siguiente. Cabe destacar que se coordinará estrechamente con el comedor social Beato Padre Cristóbal, fortaleciendo así la red de apoyo a personas en situación de calle.
Durante el pasado año, en los 5 meses en los que permaneció abierto este recurso, pasaron por el dispositivo un total de 85 personas, de las cuales el 16% han sido mujeres, y con un índice de ocupación del recurso del 86%, mientras que en el anterior fue del 76%.
Este año, nuevamente, el dispositivo contará con un plan de emergencia especial, el cual contempla la posibilidad de ampliar los horarios de atención durante los días de frío extremo.
Las personas que acuden a estos dispositivos son, en su mayoría, personas desvinculadas de la sociedad. Desconectadas. Sin vínculos relacionales que les proporcionen apoyo. Un aislamiento que les hace invisibles y sin posibilidades de salir de este círculo de pobreza y exclusión social. Es por ello, que desde Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz se ofrece un espacio donde estas personas se sientan seguras y protegidas, animándolas a
seguir luchando y haciéndoles ver que no son invisibles.