APAG Extremadura Asaja ha pedido al presidente de la Junta de Extremadura que “cese de manera inmediata” a la consejera de Transición Ecológica por su falta de defensa del mundo rural y para que se produzca una rectificación en las actuales políticas que se están desarrollando de un conservacionismo radical, incompatible con el medio de vida en el campo.

Según ha recordado el presidente de APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri, son muchas las medidas que se están tomando en contra del medio rural desde esta consejería, de manera arbitraria y sin tener en cuenta a las personas que desarrollan ahí su actividad, por lo que se hace necesario un relevo al frente de esta cartera.

El último ejemplo y desencadenante de esta petición de cese ha sido el voto de Extremadura, con su consejera a la cabeza, a favor de la inclusión del lobo en el listado de especies de protección especial, aprobado en el día de ayer en la comisión Estatal de Patrimonio Natural. No puede ser que Extremadura vote en contra de todas las CCAA que tienen este problema en su territorio y se alíe con otras que nunca podrán tener a este animal ni tienen que enfrentarse a su gestión.

La inclusión del lobo en este listado de “Especie de Protección Especial” supone un gravísimo problema para la gestión de la propia especie y su imprescindible compatibilidad con la ganadería extensiva, una actividad económica clave para los territorios rurales, lo que, a su vez, supone un instrumento de lucha contra el despoblamiento.

No puede ser que desde Extremadura, con la consejera de Transición Ecológica a la cabeza, se estén tomando posiciones urbanitas y dando la espalda al desarrollo rural y a nuestros pequeños municipios, puesto que, a esta postura del lobo, se suman otras medidas que perjudican a las zonas rurales como son las sanciones y restricciones varias, cambios de uso del suelo de pastos, reestructuración en parcelas de viñedo o prohibir la recolección nocturna de aceitunas, entre otras actuaciones de la consejería.

Al final, señala Metidieri, tenemos una región con 1,2 millones de hectáreas protegidas, lo que supone una cuarta parte de las que hay en el territorio nacional, y que está provocando que la especie que esté en mayor peligro de extinción en Extremadura sean las personas que habitan los pueblos. “Si el problema que tenemos es la despoblación de las zonas rurales, no podemos seguir poniendo zancadillas a su desarrollo y votar a favor de posturas que van en contra de la agricultura, la ganadería y el mundo rural”.

Donde hay agricultura y ganadería hay vida, hay especies naturales y medio ambiente. Donde se legisla en contra de las prácticas tradicionales o existe sobre proteccionismo, se fomenta la despoblación y el abandono, que también afecta a especies silvestre, como las cigüeñas y avutardas. En definitiva, es necesario el cese de la consejera para cambiar unas políticas erráticas y que van en contra de la esencia de Extremadura, se ha concluido