APAG Extremadura Asaja ha propuesto medidas fiscales, legislativas y de financiación para paliar los efectos de la sequía en el campo, como las dificultades para la alimentación animal por la falta de pastos en la dehesa y el desabastecimiento de agua para el ganado, además de reducciones en las cosechas, como el olivar o la viña, que pueden ver mermada su producción hasta en un 50 %.

De esta forma, el presidente de la organización, Juan Metidieri, ha pedido una flexibilización en las normas, eliminando plazos o restricciones que impidan el aprovechamiento de las superficies para la alimentación animal, y ha reclamado que los seguros agrarios realicen las tasaciones con rapidez para que se puedan agilizar los pagos.

En cuanto a las medidas fiscales, Metidieri ha puesto sobre la mesa varias propuestas como son reducciones fiscales en el IRPF para todas las producciones, la exención del pago de las tasas agroganaderas o la condonación del IBI rústico para las explotaciones, según informa en un comunicado de prensa.

La petición en materia de financiación se centra en ayudas directas a través de «mínimis» de hasta 25.000 euros, que es lo que permite la Unión Europea.

También medidas específicas para reducir los costes en el abastecimiento de agua, así como una moratoria en el pago de los préstamos oficiales y el anticipo de la PAC, al 16 de octubre, con el 90 % de las ayudas como compensación por la pérdida de renta.

Ante la situación por la que atraviesa el campo extremeño, el presidente de APAG Extremadura Asaja ha vuelto a pedir la convocatoria del Consejo Agrario de Extremadura, que es el órgano de representación del sector, para que se puedan «abordar todas estas problemáticas y ofrecer soluciones analizando las prioridades».

En este sentido, Metidieri ha recordado que «la última reunión de este órgano se realizó en la Feria de Zafra», cuando debe convocarse cada tres meses, por lo que espera que el próximo encuentro sea «de manera inmediata».

El presidente de APAG Extremadura Asaja también ha realizado un balance sobre la campaña del cereal de invierno, en el que destaca la importante merma que se ha registrado en la producción, que se acerca al 60 %, además de una reducción en el número de hectáreas cultivadas, que ronda el 10 %, debido a las condiciones meteorológicas.

Según los datos oficiales, la producción del cereal de invierno este año rondará las 350.000 toneladas, con cerca de 93.000 toneladas de trigo blanco; 6.500 de trigo duro; 140.000 de cebada, más de 76.000 de avena o cerca de 22.000 de triticale.

Para Metidieri, los agricultores son los «grandes olvidados» y ve necesaria «voluntad política» para solucionar sus problemas, dado que de no hacerlo se estaría «abocando a la desaparición de los cultivos de cereales de invierno, como señalan las cifras», lo que está haciendo que «se tiendan a otro tipo de explotaciones, como el olivar, el almendro, el pistacho e incluso que se dejen las tierras en barbecho».