Ángel Melo es el «único espartero» que actualmente ejerce como profesional en Extremadura desde su taller ubicado a las afueras de la localidad cacereña de Valverde del Fresno, donde crea «todo tipo de figuras» trabajadas «manualmente» con trenza de esparto y que después vende a través de sus redes sociales aportando un «toque vanguardista» a una profesión que ha quedado «obsoleta».

«Es un orgullo, porque mirando al pasado y viendo todo ese legado que nos han dejado nuestros antepasados, recuperar un poquito de esa cultura y de ese arte es algo maravilloso», ha comentado.

En este punto, Melo ha resaltado la importancia de conjugar una profesión ancestral con «toques modernos» por lo que cuenta con varios perfiles en redes sociales, donde es conocido como ‘Espartero de Plata’, y a través de los que recibe pedidos de «todos los puntos» de España así como de países como Francia o Alemania.

«Antiguamente se usaban mucho las albardas y las alforjas pero en el momento en que entró el nailon y el plástico, este trabajo quedó un poco obsoleto entonces, la clave ahora es adaptarte a los tiempos», ha aseverado.

Así, el espartero ha destacado que se trata de una profesión «extinta» que le aporta «respeto por el medio ambiente» a la vez que «recupera una tradición» porque, a su juicio, el esparto es «parte de la identidad cultural» del país y es «una pena» que un oficio «tan bonito» y «tan antiguo» se pierda ya que el último artesano espartero extremeño «se dio de baja hace 50 años en Campanario (Badajoz), ha lamentado .

«Poco a poco, la profesión va cayendo en desuso porque es todo manual, entonces la gente hoy en día solo quiere las cosas rápidas de aquí y ya, y es complicado, porque trenzar no es nada fácil», ha reconocido.

«LA CLAVE ESTÁ EN LA PACIENCIA Y EN TRABAJAR CON EMPEÑO Y ESMERO»

En declaraciones a Europa Press Televisión, Ángel ha contado que llevaba «muchísimos años» indagando sobre la técnica del trenzado hasta que comenzó a formarse en Granada y a ejercer como profesional del esparto hace cinco años, a lo que ha asegurado que la clave está en la «paciencia» pero, sobre todo, en trabajar «con muchísimo empeño y esmero».

«Me hace ver que de un simple manojo de fibras puedes crear desde un elefante, una lámpara ,una cortina o una alfombra» y que «donde nace la imaginación de la gente, nace mi talento», ha aseverado.

Finalmente, Ángel ha contado que el pedido «más rarillo» que ha recibido ha sido la cabeza de un hipogrifo donde «la mitad era un burro, la otra mitad un ciervo con el pico de un águila» y ha avanzado que, a sus 41 años, espera «jubilarse como espartero» porque cada día «aprende algo nuevo».