La Asociación por un Mundo Salvaje (AMUS) ha puesto en marcha un proyecto por el que ha colocado emisores GPS en diez ejemplares de aves para estudiar los efectos que tienen sobre las mismas los eventos climáticos extremos.

Este proyecto, que se titula «Cambio climático y aves: Una problemática de conservación del S.XXI» cofinanciado por la Junta de Extremadura y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).

Los efectos de la crisis climática se traducen en lluvias torrenciales, ciclones y huracanes o las olas de calor continuas y recurrentes.

La vida salvaje no queda al margen de estos «enormes contratiempos» afectándoles a sus ciclos vitales, de reproducción, viajes migratorios e incluso en índices de mortalidad asociados de alguna manera al resurgimiento de nuevas patologías.

AMUS se planteó iniciar este proyecto que pretende arrojar datos de cómo el cambio climático puede modificar la fenología reproductiva, ecológica y migratoria en ciertas especies de aves y también como todo esto afecta al entramado biológico incluido los hábitats.

De esta manera, el objetivo principal de este proyecto es el disponer de una información clave a través del seguimiento de diferentes ejemplares de especies de aves que van provistos de emisores GPS.

El equipo de este proyecto intentará interpretar en situaciones de eventos climáticos extremos, los patrones de reacción ante ellos por parte de estas aves con un enfoque especial en aquellos escenarios climáticos que ocurran dentro de la Península Ibérica y, en particular, en la comunidad autónoma de Extremadura.

De la misma manera se empleará la información de otros especímenes recuperados con anterioridad en el hospital de AMUS provistos de emisores Gps como Águilas imperiales, Águila real, Águila culebrera o Buitre negro.

Se han marcado en total diez aves que corresponden con cinco Aguiluchos cenizos (capturados en campo) y otros recuperados en el hospital de AMUS como dos milanos negros, dos águilas calzadas y un ratonero.

EP