(EFE).- Investigadores de un proyecto europeo para la detección precoz de los incendios forestales han desarrollado y comprobado con buenos resultados la operatividad de ubicar redes inalámbricas de sensores de bajo coste en entornos naturales capaces de detectar diversos gases y compuestos orgánico volátiles.
Las pruebas iniciales acometidas para evaluar el rendimiento de estos dispositivos en diferentes condiciones se han llevado a cabo en el laboratorio y en el túnel de viento a cielo abierto del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), así como en condiciones reales durante una quema prescrita en Arenas de San Pedro (Ávila).
Gases
Los sensores empleados por los investigadores, capaces de detectar monóxido de carbono, dióxido de carbono, hidrógeno, dióxido de nitrógeno, ozono y compuestos orgánicos volátiles, abarcan desde los electroquímicos y los infrarrojos a óxidos metálicos semiconductores, de fotoionización y ópticos de partículas.
Esta investigación, en marcada en el proyecto de la UE ‘Interreg Sudoe SenForFire’, está desarrollada por el Instituto de Microelectrónica de Barcelona y el Instituto de Tecnologías Físicas, ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, las Universidades de Extremadura,Évora, Coimbra y Toulouse, agencias meteorológicas, como la AEMET, y las empresas especializadas en monitorización medioambiental Ray Ingeniería y Arantec.
Resultados
Según el investigador de la universidad extremeña Jesús Lozano, los resultados obtenidos son «alentadores», pues han permitido observar «la gran sensibilidad y rapidez de respuesta» de los sensores ópticos de partículas y de algunos sensores de gases. Sensores de bajo coste para detectar incendios forestales.
La velocidad e intensidad de respuesta variaron según la tecnología de detección utilizada, la proximidad al fuego y el método de medición (con o sin sistema de toma de muestra de aire), han informado fuentes de la institución académica extremeña.
En particular, los sensores de óxidos metálicos semiconductores, los electroquímicos y de los fotoionización mostraron un mejor rendimiento en comparación con los sensores de infrarrojos de dióxido de carbono.
«Este avance supone un paso clave hacia sistemas de alerta más eficaces, capaces de detectar incendios en sus primeras fases y mejorar la capacidad de respuesta ante el riesgo de grandes incendios forestales» ha expuesto Lozano.