La Comunidad acusa al Gobierno del PSOE de primar los intereses de terceros países en lugar de defender el sector primario español
La CLYGAL considera que no se puede utilizar el sector agrario europeo como moneda de cambio para favorecer otros sectores productivos.
Recomienda que Europa primero acabe con la competencia desleal de productos procedentes de Túnez, Marruecos
Y exija a los agricultores de terceros países las mismas condiciones de producción que
La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (CLYGAL) rechaza de plano las condiciones en que se ha firmado el acuerdo UE-Mercosur después de 25 años, y respalda la concentración convocada por ASAJA y COAG para el próximo lunes 16 de diciembre a las 11.00 horas frente al Ministerio de Agricultura
La Comunidad de Labradores acusa al Gobierno del PSOE de priorizar los intereses de terceros países con este acuerdo, en lugar de defender al sector primario español, al que tiene sometido con exigencias y medidas más restrictivas que las impuestas por la propia Comisión Europea.
La CLYGAL considera que el sector agrario español y europeo no se puede utilizar como moneda de cambio para beneficiar a otros sectores productivos de la Unión, por lo que insta a las autoridades competentes, empezando por el Gobierno socialista, a que se modifiquen aquellos aspectos más lesivos para los agricultores españoles y se introduzcan las mismas exigencias para los productores de terceros países.
La Comunidad de Labradores añade que lo primero que tiene que exigir el ministro de Agricultura, Luis Planas, a Europa, si es que defiende el campo español como proclama, es acabar con la competencia desleal que venimos sufriendo desde hace décadas con la entrada de productos agrarios procedentes de Marruecos, Túnez y Turquía.
Asimismo, deberá reclamar a la Comisión que imponga las mismas exigencias a los productores de terceros países que a los agricultores europeos, tanto en la utilización de productos fitosanitarios, fertilizantes, conservación del medio ambiente… para que los labradores de los países miembros podamos competir en igualdad de condiciones en un mercado globalizado y no hacerlo en clara desventaja como actualmente.
La CLYGAL no se opone a los acuerdos de mercado, porque nos encontramos en una economía global, pero sí defiende que los productos procedentes de terceros países cuenten con todas las garantías alimentarias que se exige a los europeos, porque entre otras razones está en juego la salud de los ciudadanos de la Unión Europea.