EP – El jefe de guardia del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios (CPEI) de la Diputación de Badajoz, José Manuel Bellorín, ha explicado que la expedición al entrar en Paiporta (Valencia) encontró sus calles «totalmente desoladas» y ha destacado que más que una riada, «parecía el efecto de un tsunami o una gran bomba».

”Había gran dispersión de vehículos, amontonados unos encima de otros, encima de palmeras, las primeras y segundas plantas arrasadas por el agua, acopio de tierra y puentes estirados… era desolador», ha recordado Bellorín.

Además, ha contado que las personas afectadas estaban «desorientadas», caminando entre la catástrofe «sin rumbo» y «en completo silencio».

La primera expedición del CPEI, liderada por Bellorín, partió el jueves 31 de octubre hacia Paiporta. Una brigada compuesta por trece bomberos, dos miembros de la unidad canina y seis vehículos procedentes de Extremadura a los que se les asignó las localidades de Catarroja y Albal, centrando sus «esfuerzos principales» en un establecimiento comercial, al considerar la probabilidad de que hubiera personas atrapadas en los garajes.

En declaraciones a Europa Press , el jefe de bomberos ha contado que las funciones principales del CPEI han sido la «búsqueda, localización y rescate» de personas mientras que, transcurridas las primeras 48 horas, los esfuerzos se centraron en garajes inundados además de ayudar a los ciudadanos, limpieza de calles o primeros auxilios.

«UN SILENCIO ABISMAL»

«Hemos tenido la suerte de que en la zona donde estábamos achicando agua, aunque aún no se ha culminado la extracción de todos los garajes, a día de hoy no hemos encontrado a ninguna persona fallecida», ha destacado.

Por otro lado, Bellorín ha recordado cómo las personas afectadas por la DANA «deambulaban» por las calles «desorientadas», «sin rumbo» y «en completo silencio». «Un silencio abismal que te entraba dentro y te hacías eco de esa sensación que sentían las personas damnificadas», ha señalado.

Además, el jefe de guardia del CPEI ha resaltado la fortaleza de los damnificados, quienes se mostraban agradecidos y pendientes del personal desplegado en la zona, al tiempo que ha reconocido que le «conmovió la hermandad y el vínculo especial que se creó con la gente.

Un trabajo que, según ha detallado Bellorín, ha sido «constantemente húmedo y embarrado», trabajando con equipos de protección individual especializado para evitar el contacto físico con el «contaminante biológico» que aumenta con el paso de los días. «Las canalizaciones de agua sucia están rotas, por lo que el agua es un foco de contagio», ha asegurado.

«OLA DE VOLUNTARIOS»

En este punto, el bombero extremeño ha destacado la «ola de voluntarios» procedentes de toda España para «echar una mano» en las tareas de reconstrucción.

Actualmente, una tercera expedición del CPEI, con seis integrantes, continúa desplegada en la zona, en un esfuerzo conjunto para trabajar en las labores de recuperación de las zonas afectadas por las inundaciones de Valencia.