Juan Francisco Llano Báez
Este sábado 17 de agosto, Ribera del Fresno vivió una jornada inolvidable durante las Fiestas del Emigrante gracias a la exhibición ecuestre a cargo del jinete ribereño Isidro Ortiz Barroso.
Esta actividad, realizada en el Campo de Fútbol 7 y con entrada gratuita, fue organizada por la escuela de equitación DRESSAGE HORSES de Isidro Ortiz en colaboración con el Ayuntamiento de Ribera del Fresno.
La exhibición, que incluyó doma clásica, doma vaquera, manejo de la garrocha y baile flamenco, fue todo un espectáculo para los presentes.
El acto no solo fue una demostración de talento ecuestre, sino que también tuvo un significado emocional muy especial para el jinete.
Isidro dedicó la exhibición a su pueblo como gesto de agradecimiento por el apoyo recibido en abril de 2019, cuando sus padres, perdieron su casa en un devastador incendio. “Quería devolverle a Ribera del Fresno todo el cariño que nos brindó en esos momentos tan difíciles”, comentó emocionado tras la exhibición.
Una pasión nacida desde la infancia
Isidro Ortiz Barroso, natural de Ribera del Fresno, comenzó su pasión por los caballos a los 11 años. Su amor por la doma y el arte ecuestre lo llevó a formarse en el Centro Ecuestre El Pontón y bajo la tutela de reconocidos jinetes como Miguel Ruiz e Ignacio Ramblas. Aunque su verdadera especialidad es la doma clásica, también domina la doma vaquera y la alta escuela.
Sus primeros pasos en el mundo del caballo estuvieron marcados por la influencia de amigos como Manolín Vázquez, Juan García y Fernando Infante, quienes le permitieron montar sus caballos y lo introdujeron a este apasionante mundo. “Lo que realmente me cautivó fue la doma”, recuerda Isidro, quien siempre ha sentido una conexión especial con este arte ecuestre.
A lo largo de los años, Isidro ha seguido perfeccionando sus habilidades, combinando la práctica con la enseñanza.
Actualmente dirige su propia escuela de equitación en Medina del Campo, Valladolid, donde entrena a caballos y forma a futuros jinetes y amazonas, tanto para competición como para ocio.
Una exhibición llena de arte y tradición
La exhibición ecuestre de este sábado ha sido una muestra de las habilidades de Isidro y su equipo. El espectáculo incluyó diversas disciplinas ecuestres que hicieron las delicias del público.
Entre las presentaciones destacaron los movimientos precisos de la doma clásica, la elegancia de la doma vaquera y el impresionante manejo de la garrocha, una técnica tradicional utilizada para el manejo del ganado bravo. Además, la fusión del flamenco con los caballos añadió un toque de arte y cultura que emocionó a los asistentes.
El público aplaudió cada una de las exhibiciones, reconociendo el esfuerzo y dedicación de Isidro y su equipo. La actuación fue un reflejo de la pasión y el trabajo que Isidro ha puesto en su carrera, así como de su compromiso con la preservación de las tradiciones ecuestres.
Un futuro prometedor para la Escuela de Equitación
La Escuela de Equitación Isidro Ortiz, ubicada en Medina del Campo, es el lugar donde Isidro continúa su labor de formación y entrenamiento. «Nos dedicamos a la doma y entrenamiento tanto de caballos como de jinetes y amazonas, ya sea para ocio o para competición», explicó Isidro. Su escuela se ha convertido en un punto de referencia para aquellos que desean adentrarse en el mundo del caballo.
El secreto del éxito de su escuela radica en la pasión y dedicación que Isidro y su equipo ponen en cada entrenamiento.
Para él, lo más importante es que quienes se acercan al mundo ecuestre lo hagan con ilusión y ganas de aprender. «Lo único que se necesita es afición a los caballos y ganas de aprender», afirmó con humildad.
La exhibición en Ribera del Fresno fue una muestra del talento de Isidro Ortiz Barroso, un ribereño que ha convertido su amor por los caballos en una profesión y que sigue dejando huella en el mundo de la equitación.
Con actividades como estas, no solo honra sus raíces, sino que también inspira a las nuevas generaciones a adentrarse en el fascinante mundo de la doma y la equitación.
Con la vista puesta en el futuro, Isidro sigue trabajando en su escuela, enseñando y formando a los jinetes y caballos que, como él, comparten la pasión por este noble arte.
Sin duda, la exhibición ecuestre de este sábado quedará en la memoria de los ribereños como un ejemplo de talento, dedicación y amor por la tierra y las tradiciones.