Unas jornadas en las que cientos de vecinos recrean escenas cotidianas de la época y en la que no faltarán mercados artesanales, visitas guiadas, actuaciones musicales, mesones y torneos.
La 29ª edición del Festival Medieval Villa de Alburquerque se celebrará del 15 al 18 de agosto, unas jornadas en las que cientos de vecinos recrean escenas cotidianas de la época y en la que no faltarán mercados artesanales, visitas guiadas, actuaciones musicales, mesones y torneos.
Durante estas semanas previas se intensifican los ensayos en los escenarios naturales de esta veterana Fiesta de Interés Turístico Regional, en la que una de sus singularidades es el uso del maravedí como única moneda de uso en el recinto medieval.
El objetivo, un año más, es rememorar lo más fielmente posible aquellos tiempos de gloria y miseria que abarcaron el Medievo, conseguir que el visitante se ubique en un villorrio feudal ambientado en el museo viviente en el interior del castillo.
Bodas cristiana y sefardí, aquelarres y torturas, escenas callejeras con saltimbanquis, mendigos, mancebas, leprosos, trovadores, pícaros, mercaderes, artesanos y vendedores de pócimas, etc, son algunos ejemplos de lo que el visitante encontrará al pasear por el Castillo de Luna y su barrio intramuros Villa Adentro.
Lugares que acogen en exclusiva y por segundo año consecutivo todos los actos, ya que por motivos presupuestarios y de funcionalidad se agrupan los escenarios y no se comparten con el paseo de Las Laderas, como se venía haciendo en años precedentes.
Los diferentes actos programados para la ocasión, una treintena en total, y la ambientación callejera trasladarán al visitante a la Edad Media, tal y como se viene haciendo desde 1994, mostrando la realidad de un pasado caracterizado por la convivencia de tres culturas, la árabe, la judía y la cristiana.
Coordinados por una comisión organizadora a la que pertenecen más de 60 coordinadores, son los propios vecinos de la localidad los que de manera desinteresada participan en las celebraciones y actos que se suceden durante cuatro jornadas maratonianas.
Cada año la organización va aportando cambios al evento, actos nuevos y variaciones en los ya conocidos, dejando patente que se trata de un festival vivo y en evolución, que en la presente edición cuenta además con el asesoramiento artístico de tres formadores teatrales.