El Grupo Parlamentario de VOX amenaza con no aprobar ni los presupuestos del 2025, ni ninguna iniciativa si no se financia con fondos propios el proyecto de Regadío de Tierra de Barros.
Y tras las elecciones europeas del pasado domingo, una cita con las urnas que nos dejaba en Extremadura la victoria de un Partido Popular que dentro de toda la lógica y la normalidad celebraba esos resultados y lo ha hacía también extrapolando esos guarismos en clave nacional, regional y municipal, esta semana han surgido diversas fricciones con Vox, que ha querido recordar al Partido Popular la lógica parlamentaria que rige en Extremadura y que hace que Vox sea el actor decisivo y necesario para que María Guardiola sea presidenta de un gobierno, de coalición, en la Junta de Extremadura.
Primero fue por el puesto en la mesa de la Asamblea de Extremadura, que dejará libre la eurodiputada electa Elena Manzano, que los populares aseguran que seguirá siendo ocupado por un miembro de su partido, mientras que Vox, apelaba al pacto de gobernabilidad rubricado por Guardiola con su formación para que ese puesto sea para Vox, ahora sin representación en esta mesa. El portavoz de la formación verde, Óscar Fernández así lo apuntaba, el portavoz popular José Ángel Sánchez Juliá aseguraba que ahora no toca.
El segundo choque llegaba ayer, y lo hacía a costa del Proyecto de regadío de Tierra de Barros. Así, el Grupo Parlamentario Vox, lanzaba un órdago en toda regla y condicionaba su apoyo a los presupuestos regionales para 2025 a la inclusión de una partida de fondos de la comunidad autónoma para el proyecto de regadío en Tierra de Barros, subrayándose que sin las ayudas inmediatas ni de la Comisión Europea ni del Gobierno de España, este debe ejecutarse «en solitario», «a pulmón» vía presupuestos de la comunidad, 35 millones al año durante las próximas 8 anualidades, tiempo mínimo para desarrollar el proyecto o vía endeudamiento, 30 años vista. Así lo apuntó el director general de Infraestructuras Rurales, designado por Vox, José María Sánchez Cordero
En este mismo sentido, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, señalaba que su ejecutivo está dispuesto «a poner encima de la mesa financiación» para el regadío de Tierra de Barros, pero rechazaba que se hiciera sólo con presupuesto autonómico y condicionaba el proyecto a que sea el Gobierno de España colabore.
Más explicaciones, en este caso, la Consejera de Agricultura, Mercedes Morán informaba de que la Junta de Extremadura ha reprogramado en otras medidas «para los extremeños, los agricultores y ganaderos y los vecinos de los pueblos» el destino de 104 millones de euros que inicialmente estaban previstos para el proyecto de regadío de Tierra de Barros, «porque estos fondos europeos no se iba a poder ejecutar con para el regadío de Tierra de Barros» y, por tanto, para evitar perder a fecha de 31 de diciembre de 2025 esos 104 millones.
Rápidamente, también salía al quite, el Partido Popular, cuyo portavoz José Ángel Sánchez Juliá aseguraba que la solución del Regadío Tierra de Barros no pasa porque un socio de Gobierno le ponga deberes o señale al otro. “El presupuesto del año 2025 no es de VOX ni de PP, es de todos los extremeños”.
Mientras, el secretario general de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, calificaba de circo la situación ante el fraude que supone el fin del proyecto de Regadío de Tierra de Barros, subrayando que no se va a romper ninguna coalición entre los socios de gobierno de la Junta.
Mientras, la organización agraria Apag Extremadura Asaja ha exigido que el desvío de los 104 millones de euros que iban al regadío de Tierra de Barros se destinen al agricultor y ganadero de la región y UPA-UCE Extremadura ha manifestado en esa reunión del comité de seguimiento del PDR, que se celebraba ayer miércoles, su «rechazo frontal» a la decisión de desviar los fondos destinados al regadío de Tierra de Barros a otras medidas porque «esto supone el abandono definitivo de este proyecto».