Lorenzo Fernández Prieto, nacido en Benavente (Zamora) hace 54 años, pero afincado en Fuente de Cantos desde hace 24 años, es uno de los finalistas de la 72ª edición del Premio Planeta de novela que se falla este sábado en Barcelona.

Fernández es farmacéutico de profesión y desarrolla su trabajo en el SES, en el centro de salud de Zafra, aunque estuvo antes destinado en Llerena.

Precisamente es esta ciudad de la Campiña Sur la que centra su obra, titulada Dexados. Y es que los dexados o alumbrados son los representantes de una secta mística nacida en el siglo XVI como parte de la corriente iluminista (no confundir con los iluminati) que se asentó en Castilla hacia 1511, aunque pronto se extendió a otros lugares.

Los alumbrados, versión más radical de la mística franciscana, propugnaban la pasividad (de ahí lo de ‘dexados’ o ‘dejados’) como forma de relación con Dios y el abandono a la inspiración divina como guía, rechazando la autoridad de la Iglesia para interpretar los Evangelios y sus dogmas.

Pronto la Inquisición tomó cartas en el asunto, lo que no evitó que esta corriente llegase a Llerena, donde se asentó a mediados del XVI. Siendo como era Llerena sede central del Tribunal del Santo Oficio, las detenciones y juicios no tardaron en llegar.

Lorenzo Fernández recoge en su obra esta parte histórica, que complementa con la parte más novelada, la que llevaría a que los dexados no fueron erradicados y aún hoy seguirían existiendo.

Según señala, esta es su segunda novela. La primera quedó en el armario, y esta iba camino de lo mismo, reconoce, hasta que su hermano le convenció para presentarla al prestigioso galardón editorial.

Ahora ya se encuentra entre los diez finalistas, y hoy domingo habrá veredicto, aunque según ha declarado el autor a diversos medios, el premio ya es estar entre la decena de seleccionados del millar largo de manuscritos presentados.

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• Esta edición se han presentado al certamen 1.129 novelas originales, «un récord absoluto»

El fallo se conocerá este domingo en la tradicional gala literaria en Barcelona

El Premio Planeta de novela atesora sus propios rituales internos, comerciales y literarios, que están a punto de culminar en la gala de este domingo 15 de octubre en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) en Barcelona donde se conocerá el fallo a partir de las 23:30 horas, en un galardón circundado por datos mareantes.

Lo que sí está cerrado es la lista de diez aspirantes al millón de euros del premio-el más cuantioso del mundo por encima del Nobel (964.000 euros) o del Cervantes (125.000 euros)-, mientras que el finalista, la «medalla de plata», obtiene 200.000 euros.

A estas jugosas cifras se suma otro incentivo de largo recorrido: la popularidad y la solera del Planeta (que se celebra desde 1952), suele aupar al título ganador y en un efecto cascada, al segundo, como «best seller» súbitos. La maquinaria de promoción en pareja, que recorre el país de punta a punta con entrevistas, acelera el big bang.

Originales enviados por correo electrónico

Según ha informado el Grupo Planeta, los diez títulos y autores finalistas de las obras de 2023 son Sexudario, de Mar de Mármara (seudónimo); Dexados, de Lorenzo Fernández Prieto; El rey del este, de Luis Parterrío (seudónimo); Verlas venir, de Francisco-José Torres Alborch; El reencuentro, de Tintaleve (seudónimo); Lágrimas en el fondo del mar, de Clara Isabel Aguilar Esteban; Li Qingzhao, de Pilar González España; Otoño sin ti, de Gabriela Monte (seudónimo); Otro cielo, de Elizabeth Gothelf, y Sombras en la pared, de Karla Munich (seudónimo).

Entre los libros escogidos hay una mayoría de «novela negra, testimonial y con personajes femeninos» aunque también se abre paso el thriller histórico el «sexo y el humor», han señalado desde la editorial en la multitudinaria rueda de prensa previa al fallo.

«Una de las características del Planeta es que es el termómetro del gusto literario de los lectores. Que haya mujeres empoderadas indica que hay una sensibilidad social, al igual que la novela negra que antes parecía escrita desde los mares bálticos y ahora se acerca a la novela negra tradicional», ha respondido sobre este contenido vedado Juan Eslava Galán, escritor y miembro del jurado.

Eslava Galán ha desgranado argumentos a vuela pluma: desde el misterioso asesinato de Sexudario al investigador a su pesar de Verlas venir o el biopic sobre un botánico genetista en la Rusia de Stalin como reza la sinopsis de Sombras en la pared.

En esta 72 edición la criba ha sido, como mínimo, más voluminosa, ya que la participación ha batido «un récord absoluto» con 1.129 novelas presentadas, 461 más que el año anterior, espoleada por una novedad digital: la editorial ha dado luz verde a que se envíen los originales por correo electrónico en vez de solo en papel.

Los números se han disparado con 482 obras españolas enviadas a las que siguen 309 de Latinoamérica. El resto de los originales proviene de América del Norte (96), América Central (33), el resto de Europa (20) y África (1).

Unos datos que, según la editorial, son un reflejo del músculo del sector que ha resistido con creces el embate de la pandemia. Un impulso que enfocan en la ficción y los lectores jóvenes de «entre 15 y 24 años», que sobre todo leen «novela romántica». Desde Planeta aportan cifras de crecimiento del 19% en los últimos tres años y subrayan al sostén imprescindible de «las librerías de barrio».

Los concursos literarios y la Inteligencia Artificial

Entre los requisitos para poder participar en el Premio se encuentra ser mayor de edad con un manuscrito inédito en lengua castellana. En este sentido, el pasado año uno de los títulos finalistas fue descartado al detectarse a posteriori que ya había sido publicado. También quedarán excluidas las personas que en alguna edición anterior hayan resultado ganadoras. Las obras presentadas deben tener una extensión «de al menos doscientas páginas mecanografiadas» a doble cara, según incluyen las bases.

¿Cómo puede afectar el avance de la Inteligencia Artificial a los concursos literarios? El presidente del Grupo Planeta, Josep Crehueras, reconoce que «preocupa porque es un problema para todos». En esta línea, se han diseñado grupos de trabajo para buscar las herramientas de ayuda ante una realidad borrosa para el libro, afirma.

«Las máquinas no pueden sustituir la chispa del talento pero hoy por hoy no sabemos detectarlo todo y hay más temas como la protección de los derechos de autor, aunque nosotros sí tenemos un sistema que detecta si la obra se ha publicado aunque se nos podría escapar alguna».

Ángel Cabezon y agencias