Distraerse con el teléfono en lugar de participar en conversaciones o actividades socialmente puede conducir al aislamiento y al deterioro de relaciones.
Hay espacios que son íntimos y se reservan para determinadas personas como puede ser una cena en pareja, con amigos o en familia. En todas ellas se comparte el denominador común de la complicidad, un espacio seguro en el que pasamos tiempo con gente a la que queremos porque así lo deseamos, ya que no hay ninguna obligación implícita de acudir a estas citas.
Dentro de ellas, sí hay ciertas normas éticas con las que hay que cumplir para lograr una correcta convivencia, reglas no escritas que por educación llevamos a cabo, como guardar los modales a la hora de comer, al sentarnos o al hablar. Nos preparamos con ansía para estas reuniones sociales, pero que una vez que estamos en ellas parece olvidársenos lo especial del momento.
El mayor miedo aparece cuando suena un móvil, una llamada o una notificación y pam… de repente toda la magia desaparece. Desconectamos y volvemos al mundo virtual, cuando nos queremos dar cuenta acaba de suceder un momento único que nunca volverá a repetirse, como sí lo hará esa notificación que quedará reflejada en la memoria del móvil y en cambio no en la nuestra, que desaparecerá en cuestión de segundos.
La fugacidad de la vida real es asombrosa, como lo es la capacidad de recordar ese momento concreto con la simplicidad de un gesto, una frase o una palabra. Nuestro cerebro tiene una capacidad enorme para almacenar estos recuerdos, se daña con la inmediatez de los estímulos que nos llegan continuamente. Esta sensación de felicidad que experimentamos al recibir un mensaje o notificación se conoce como «dopamina digital«.
La dopamina es un neurotransmisor asociado con la recompensa y el placer en el cerebro que se produce cuando recibimos una notificación o mensaje, lo que provoca una sensación de satisfacción durante 7 segundos. Esta respuesta de la dopamina es lo que hace que la interacción con dispositivos electrónicos sea tan atractiva y adictiva.
De eso trata el término «phubbing» que se refiere a la combinación de las palabras «phone» (teléfono) y «snubbing» (ignorar o menospreciar) y es la acción de prestar más atención a un dispositivo móvil, como un smartphone, en lugar de interactuar o prestar atención a las personas que te rodean en situaciones sociales.
El phubbing se ha vuelto más común en la era moderna debido al aumento en el uso de dispositivos móviles y las redes sociales que puede acarrear consecuencias negativas en las relaciones interpersonales. Puede generar sentimientos de exclusión, frustración y desconexión entre las personas. Además, puede contribuir a la disminución de la empatía y la capacidad de escuchar a los demás. En situaciones sociales, el phubbing puede afectar la dinámica del grupo y obstaculizar la construcción de relaciones afectivas.
Consejos para abordar el phubbing
Para contrarrestar los efectos negativos del phubbing, es importante ser consciente de cómo se utilizan los dispositivos móviles y tratar de autoestablecer límites para el uso de los mismos. Estos son algunos consejos para abordar el phubbing y la atención excesiva al dispositivo móvil:
- Conciencia y autoevaluación: Reconoce si tú o alguien más en tu entorno tiende a caer en el patrón de phubbing. Reflexiona sobre cómo esto puede estar afectando tus relaciones y tu capacidad de conectarte emocionalmente con los demás.
- Establecer límites: En situaciones sociales, establece límites claros para el uso del teléfono. Decide momentos específicos en los que puedas revisar tus mensajes o redes sociales sin interrumpir las interacciones cara a cara.
- Practicar la escucha activa: En lugar de distraerte con el teléfono, presta atención plena a la conversación en curso. Escucha activamente a la persona con la que estás interactuando, muestra interés sincero y haz preguntas para profundizar en la conversación.
- Atención plena: Practica la atención plena en tus interacciones sociales. Mantén tu enfoque en el momento presente y en las personas que te rodean en lugar de dejar que tu mente divague hacia el teléfono.
- Comunicación abierta: Habla con amigos y seres queridos sobre el impacto negativo del phubbing. Fomenta una comunicación abierta sobre cómo pueden apoyarse mutuamente para mantener la atención y el respeto durante las interacciones sociales.
- Dedica tiempo sin pantallas: Reserva momentos en tu día para desconectarte por completo de los dispositivos electrónicos. Esto te permitirá estar más presente en tus actividades y relaciones.
- Establece reglas en reuniones sociales: Si organizas reuniones o eventos, considera establecer reglas claras sobre el uso de dispositivos móviles. Esto puede ayudar a crear un ambiente en el que todos se sientan valorados y escuchados.
- Enriquece tus relaciones: Invierte tiempo en desarrollar relaciones significativas. Cuanto más te conectes emocionalmente con las personas en tu vida, menos probable será que recurras al móvil como una forma de evasión.
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