La familia de María Belén Cortés Flor, la educadora social que murió presuntamente a manos de los menores a los que asistía en un piso tutelado de Badajoz, ha pedido «responsabilidad» y que no haya «juicios paralelos ni especulaciones que entorpezcan la labor de la Justicia».

En este sentido, a través de un comunicado difundido por sus abogados, piden que los profesionales, las Fuerzas de Seguridad y las instituciones competentes hagan su trabajo «con la serenidad y el rigor que este caso merece», porque «solo a través de la verdad y el debido proceso» lograrán «justicia».

El portavoz de la familia, el abogado Raúl Montaño, ha expresado su «más profundo agradecimiento» por la sensibilidad, el respeto y la cobertura brindada al caso de María Belén Cortés Flor, y han señalado que la difusión «rigurosa» y el apoyo recibido han sido «fundamentales» para que su historia «no quede en el olvido y sirva como una llamada de atención para toda la sociedad».

En este sentido, señala que no solo hablan en su nombre, sino en el de «todas aquellas personas que, como ella, han sido víctimas de circunstancias que no deberían repetirse».

«No podemos permitir que el dolor de su familia y allegados sea en vano. Debemos transformar la indignación en acción, el luto en conciencia, y la tragedia en prevención», ha expuesto, al tiempo que pide «responsabilidad» para que «no haya juicios paralelos ni especulaciones que entorpezcan la labor de la Justicia».

La familia de Belén, «con un dolor inconmensurable», señala, seguirá adelante en su «lucha» para que su pérdida no sea «una más en las estadísticas», porque el mayor homenaje que pueden rendirle es trabajar juntos para que ninguna otra familia «tenga que atravesar esta pesadilla». «Esta labor, y desde este momento, solo corresponde a los tribunales de Justicia y al trabajo de los operadores jurídicos», destacan.

También han querido agradecer «especialmente» a los profesionales de Cruz Roja que en la noche de los hechos dieron apoyo a la familia, a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Badajoz y Mérida, Instituto de Medicina Legal de Badajoz y demás instituciones, «sin olvidar en ningún momento a los compañeros de Belén, por su apoyo, compromiso y humanidad en este proceso».

Hoy nos despedimos de Belén, pero su nombre seguirá vivo como un símbolo de lo que no debe volver a ocurrir», ha concluido, «que su memoria sea la semilla de un cambio real. Muchísimas gracias, el apoyo de la sociedad ha servido de aliento a esta familia».