Con el inicio del curso escolar vuelven los piojos a las aulas y muchos centros educativos advierten a los padres que vigilen las cabezas de sus hijos.

 Esto se debe a la mayor socialización de los niños y niñas y que trae aparejado un mayor contacto de piojos. Los piojos eligen siempre cabezas de niños y adolescentes, rara vez la de una persona adulta.

Proliferan en los comienzos de estación, especialmente en el otoño y la primavera.

Además, las temperaturas, la vida al aire libre y el mayor contacto entre los niños son «el caldo de cultivo ideal» para estos parásitos, dicen los expertos que indican que los piojos «son más resistentes que antes», pues aguantan temperaturas «de 50 grados centígrados a 30 bajo cero».

De este modo, la propietaria de un centro especializado en el tratamiento de este parásito Laura Martín, ha asegurado que «a los piojos el cambio de estación también les anima y les activa, y ayuda a la reproducción de estos molestos parásitos y por tanto se incrementa de forma considerable el número de casos de pediculosis».

Una hembra de piojo puede llegar a poner entre 4 y 10 huevos al día, lo que da lugar a otra nueva infestación.

Aquí es donde radica la importancia de acabar con las liendres, ya que de lo contrario, aunque se acabe con los piojos, estas nuevas liendres dan lugar a una nueva generación de piojos, por lo que «se puede caer en una larga espiral de infestaciones y contagio de piojos que puede durar meses», han afirmado.

NO ESTÁ ASOCIADA A LA FALTA DE HIGIENE NI A LA LONGITUD DEL PELO

La pediculosis siempre ha estado rodeada de mitos que han sido generados en torno a este problema. Por ello, esta empresa ha destacado que uno de estos mitos que están desterrados hoy en día es que la pediculosis esté asociada a la falta de higiene, ya que no hay relación causal entre infestación por piojos y escasa higiene.

También han apuntado que la infestación no depende del largo del pelo ni de la frecuencia de cepillado o del lavado, aunque aseguran que anidan más en las cabezas de las niñas.

Por otro lado, han indicado que es falso que salten de cabeza en cabeza y que vuelen, aunque han dicho que la realidad es que se contagian de cabello a cabello o por el uso de cepillos, peines, diademas, sombreros o toallas que hayan sido utilizadas por una persona infestada.

Tampoco acarrean enfermedades ni representan riesgos para la salud pública, ni son transmitidos por animales.

Por ello, Martín ha expresado que «hay mucho desconocimiento en torno a esto y sigue siendo un poco tabú en nuestra sociedad». Asimismo, ha señalado que una buena prevención, la vigilancia en casa y en las aulas, el uso de liendreras y un tratamiento aplicado de un modo adecuado «con mucha paciencia y constancia», son fundamentales a la hora de erradicar los piojos.

Agencias